domingo, 22 de enero de 2012
Ahora cuéntame una de vampiros


En el trabajo tengo dos opciones a la hora de almorzar: mesa de hombres o mesa de mujeres. Ambas tienen sus ventajas y desventajas, el grupo de los hombres es mil veces más descomplicado que el de las mujeres e inevitablemente me hacen reír cada vez que me siento con ellos. Menos intrigas y más chistes, perfecto… excepto cuando comienzan a hablar de tenis, o de fútbol, o de baloncesto, o de golf, o de automovilismo (me pregunto si existe algún deporte que no les guste), y eso es como la tercera parte de sus conversaciones. Por el otro lado los intereses de la mesa de las niñas pueden ser más parecidos a los míos y me entiendo más fácil con ellas. Lo que no me gusta tanto es el chismerío inherente a cualquier encuentro de esta mesa.

El caso es que un día cualquiera almorzando en la mesa femenina, dos de sus integrantes estaban súper emocionadas porque el día anterior habían ido al estreno de Amanecer. Yo de inmediato empecé a montárselas porque, como todos sabemos, Twilight es basura. Poco les importaron mis comentarios tipo “los vampiros de verdad no usan splash con escarchita”, ellas seguían eufóricas recordando sus escenas preferidas. En algún punto lograron captar mi atención al mencionar una palabra que yo no conocía, porque nunca había leído una página ni visto cinco segundos de la saga esa. Les seguí la corriente un rato, haciéndoles preguntas sobre la historia mientras intentaba sonar sarcástica, finalmente una de ellas me dijo: mira Maria, si vas a seguir criticando por lo menos léete los libros para que sepas de qué hablas.

Y dicho y hecho, esa misma tarde llegó a mi correo un mensaje con cinco archivos en pdf. Mis queridos Julius, ustedes sabrán perdonarme, no sé a qué hora pasó esto pero… me los leí todos. Así que, habiendo dicho esto…

La Próxima Cosecha Productions
A petición de la mesa de las mujeres
Aunque espero que ninguna de ellas lea mi blog

Presenta:
Mis humildes observaciones sobre Crepúsculo

Foto fusilada de 9gag, quienes a su vez la fusilaron de quién sabe dónde.

Lo primero que tengo que decir es que lo menos absurdo de Twilight es el hecho de que el vampiro brille cuando sale al sol. No, lo verdaderamente ridículo de estos libros son sus diálogos rebuscados y su narración extremadamente descriptiva y monótona. Sin dejar atrás sus analogías baratas, por ejemplo:
—Bella, mi vida era como una noche sin luna antes de encontrarte, muy oscura, pero al menos había estrellas, puntos de luz y motivaciones... Y entonces tú cruzaste mi cielo como un meteoro. De pronto, se encendió todo, todo estuvo lleno de brillantez y belleza. Cuando tú te fuiste, cuando el meteoro desapareció por el horizonte, todo se volvió negro. No había cambiado nada, pero mis ojos habían quedado cegados por la luz. Ya no podía ver las estrellas. Y nada tenía sentido.
—Se te acostumbrarán los ojos —farfullé.
—Ése es justo el problema, no pueden.

Lo que me lleva a mi siguiente punto: ese “amor” maniático del protagonista por la joven e ingenua, y tímida, y torpe, e incansable a la hora de despreciarse a sí misma, y aun así inexplicablemente atractiva para todos los hombres que la rodean: Bella. ¿Cómo les dijera? La escritora de este bodrio recurre a la adolescente interior de sus lectoras, por lo tanto cualquier mujer que recuerde haber tenido 13-14 años (la mayor parte de ellas no tendrá que recordarlo ya que de hecho se encuentran en ese rango) se sentirá identificada con Bella, que siendo una niña retraída y sin ninguna cualidad destacable logra llamar la atención del tipo más churro del colegio, quien hasta ese día no se había interesado en ninguna otra vieja, el man resulta ser inmortal y tener súper poderes, pero eso es sólo un bono extra. Lo importante es el mensaje: querida niña rechazada, sí tú, la de los brackets y los zapatos ortopédicos, la que hace el ridículo en la clase de educación física: imagina que eres tú la que encuentra el amor incondicional y eterno en forma de paliducho con colmillos. Entonces la niña suspira y sigue leyendo el libro/viendo la película esperando que algún día pueda encontrar a su Edward.

Awwww, ¡tan divino! ¡Yo también quiero un vampiro que se meta a mi casa a verme dormir porque me ama!

Nuestro chupasangre en cuestión tiene la habilidad de leer la mente y, según lo que se alcanza a ver en los libros, un humor muy cambiante. Dentro de la misma conversación está contento, frunce el ceño, mira a la lontananza, le cambian de color los ojos, después sonríe, y tal vez vacila, “pero no de una forma humana” (¿?). Luego tenemos otro libro que no hace parte de la saga y que se filtró (sí, claro, se filtró) antes de estar terminado. Se trata de la historia del primer libro pero desde el punto de vista de Edward, y ¡oh, sorpresa! sus capacidades narrativas son tan pobres como las de su amada. Pero no sólo eso, parece que ella también puede leer la mente, pues cuando en Crepúsculo ella piensa que él está pensando equis cosa, consulta uno Sol de Media Noche y resulta que el man piensa exactamente lo que ella supone.
SRSLY? Parecen escritos por el mismo simio. Oh, wait.

En cuanto a la moraleja de la historia, Twilight les da a las niñas una definición retorcidísima del amor. Es lo más normal del mundo que tu novio no te deje sola ni dormida, que te siga a todas partes porque tiene miedo de que si se aleja de ti morirás, que luego decida que mejor sí debería alejarse para protegerte y vuelva unos meses después porque resulta que así te podía proteger mejor, que no te deje ver a tus amigos y te obligue a casarte a los 18 años; y lo menos que tú puedes hacer para agradecerle toda esa dedicación es dejar atrás tu vida y tu familia para ser una de los suyos.

Tú lo has dicho, Edward. *

No puedo mentir, yo también fui una niña de colegio, una muy patética si me permiten decirlo, y existe una minúscula parte de mí que de verdad disfrutó leyendo esta serie de libros, hombre, sino no habría sido capaz de terminarlos. Tengo como testigo al sujeto que vive conmigo y tuvo que aguantarme durante algunas semanas hablándole de Edward (ohhh, ¡Edward!) y hasta se ofreció de voluntario para ver una de las películas conmigo. Afortunadamente mi parte racional es mucho más poderosa y terminamos burlándonos juntos de los diálogos y escenas de la película. Después de este experimento, que como le dije a Mafe en Facebook fue con fines meramente investigativos, entiendo por qué Crepúsculo ha sido un maldito éxito entre las mujeres y me mantengo en mi posición: Twilight es basura.

Y ahora, con su permiso, iré a buscar libros buenos para desplazar esta tonelada de mugre que me quedó en la cabeza. O aprenderé de tenis y de fútbol para pasar más tiempo en la mesa de los hombres. No sé.

* En mis días de investigación encontré este sitio, aparentemente Robert Pattinson (el mismísimo Edward) detesta a Crepúsculo tanto o más que nosotros. De ahí saqué la foto del man burlándose de sus fans.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 8:43 p. m. | 16 Infelices comentarios