viernes, 21 de marzo de 2014
Yeyito, ¿qué es una estrella fugaz?

Alguna vez, sacando papeles viejos en la casa de mi abuela materna, encontramos unas cartas que mi abuelo le escribió cuando eran novios. La llamaba "mi muñequita" y le pedía que no peleara con sus hermanas porque le prohibían verlo. Al leer esas cartas descubrí que la relación de mis abuelos en aquella época fue difícil. Me costó trabajo entender que la familia de mi abuela se opuso a que fuera novia del Yeyito, porque yo lo conocí como un hombre al que todos respetaban y amaban.

Mi abuelo sólo estudió hasta primero de bachillerato, sin embargo aprendió por su cuenta todo aquello sobre lo que quiso saber, su conocimiento sobre cultura general era inmenso. Con él se podía hablar sobre cualquier tema, preguntarle cualquier duda y siempre se aprendía algo nuevo.

No tenía educación formal y había perdido una pierna siendo muy joven, poniéndolo así es apenas entendible que mis bisabuelos se preocuparan cuando mi abuela quiso compartir su vida con él.


Afortunadamente tenían una cómplice en la familia, ella fue la encargada de llevar cartas de un lado al otro. No conozco los detalles de la historia pero lo que sí sé es que tuvo un final feliz. Se casaron y tuvieron siete hijos, nunca les faltó nada y, como decía antes, mi abuelo se convirtió en un hombre muy querido y respetado incluso por los que en un principio se opusieron a recibirlo en la familia.



Siendo pequeña tuve la fortuna de crecer cerca a ellos. Íbamos casi todas las tardes a la casa de mis abuelos y ellos pasaban los domingos en la nuestra. Yo tenía 5 o 6 años y sentía (sigo sintiendo) una admiración enorme por mi abuelo. Estaba en esa edad del "¿y por qué?" en la que los niños quieren entenderlo todo y se la pasan preguntando y cuestionando, muchas veces corchando o aburriendo a los papás. La solución de mi mamá era la mejor: pregúntale al Yeyito.


Fue así cómo resulté indagando a mi abuelito sobre todo tipo de materias, y él, con su paciencia infinita, explicándome cosas desde cómo distinguir entre mi mano izquierda y mi mano derecha hasta cómo vuelan los aviones. Creo que puedo señalar a mi abuelo como uno de los primeros culpables de mi gusto por la ingeniería, de él heredé la pasión por investigar, por aprender todo sobre cualquier tema que me llame la atención.


Recuerdo en especial una pregunta que le hice mientras estaba sentado en el corredor de su casa: Yeyito, ¿qué es una estrella fugaz? No recuerdo su respuesta palabra por palabra, pero su explicación fue tan clara y tan sencilla que se me quedó grabada en la mente. Me dijo que no eran estrellas iguales a las que vemos en el cielo, que eran "pedacitos" que caían a la tierra tan rápido que se ponían brillantes.


Hoy, que mi timeline en facebook se ha visto inundado por fotos del abuelo, pienso que él fue como una estrella fugaz en mi vida. Porque no es igual a tantos intelectuales y genios que uno conoce o lee por ahí, él fue un "pedacito" de conocimiento que pasó frente a mí más rápido de lo que hubiera querido, que me compartió esa luz que traía y me dejó esos recuerdos tan bien implantados que dos décadas después siguen apareciendo con claridad en mi memoria.


Hace exactamente 20 años le celebramos el cumpleaños número 70. Fue una fiesta por todo lo alto, con todos sus hermanos, con sus siete hijos y los catorce nietos que habían nacido hasta ese momento. Hubo una piñata gigante que tumbamos usando su bastón y cuyo contenido nos peleamos por igual adultos y niños.



En el diciembre siguiente, un enfisema pulmonar con el que había batallado durante mucho tiempo se llevó al Yeyito. Fueron 70 años vividos plenamente, 70 años en los que se sobrepuso a todos los obstáculos que se encontró y fue feliz. Y nosotros fuimos felices junto a él, por eso, y aunque suene egoísta,  nos duele que esos 70 años hayan sido muy poco tiempo para disfrutarlo. Por eso se me llenan los ojos de lágrimas al escribir sobre él, aun después de 20 años de su partida.

Hoy, más que llorar su muerte, celebro la vida de un hombre maravilloso, de un ejemplo invaluable para mí y para mis tíos y primos. Y espero que donde esté, junto a la Yeyita, nos espere a todos con paciencia, porque volveremos a encontrarnos y todavía me quedan muchas preguntas por hacerle.


Feliz cumpleaños, Yeyito.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 12:57 p. m. | 10 Infelices comentarios
martes, 10 de abril de 2012
El monstruo de mi hermano


No me gustan las analogías pero ésta me ha dado vueltas en la cabeza todo el día.

El temor de todo estudiante es el proyecto de grado. Esa maldita tesis que aparece a lo lejos durante toda la carrera, como un monstruo que te está esperando a la salida del túnel para impedirte pasar. Con el tiempo comienzas a acercarte a ese monstruo a una velocidad aterradora, te das cuenta de que es aún más grande de lo que pensabas y que las herramientas que has conseguido hasta el momento parecen insuficientes para enfrentarlo. Ya estás frente al monstruo, el tiempo se acaba, o lo matas o te mata, nadie te va a salvar. Si permites que el monstruo te gane te quedarás para siempre contemplando la luz al final del túnel sin poder alcanzarla, todo el camino que recorriste será tiempo perdido porque no pudiste dar ese último paso.

En este momento mi hermano está enfrentando a su propio monstruo, y para hacerlo más difícil también está planeando su matrimonio para dentro de dos meses. Yo soy testigo de su lucha, lo acompaño, estoy pendiente de él, le ayudo hasta donde puedo y le doy ánimos en los días difíciles. Y sí que ha habido días de esos. A veces parece que esto nunca fuera a acabar, que el monstruo resultó más grande que él, entonces reúne un poco más de fuerzas y sigue peleando.

Conozco esa sensación, sé lo que es sentirse abrumado frente a un proyecto que parece no avanzar por más tiempo que le inviertas. No se me olvida ese miércoles de ceniza en el que me senté a llorar sola en una banca en la iglesia de las aguas. Una señora de una comunidad católica se me sentó al lado y empezó a hablarme, intentando convencerme de que Dios me quería a pesar de mis pecados. La señora nunca supo que lo que me atormentaba no eran mis pecados sino mi tesis que se había estancado, y que Dios no sería de mucha ayuda a menos de que bajara a ayudarme en el laboratorio.

Pero todas esas cosas pasan, se superan, al final es más el miedo que provoca ese monstruo que su verdadero poder. Quisiera decirle a mi hermano que no se desespere, que estoy convencida de que podrá terminar ese proyecto y graduarse (¡por fin!), porque es un hombre muy inteligente, más de lo que él cree. Quisiera decirle que estoy muy orgullosa de él, que pronto será todo un profesional y además un excelente esposo. Sin embargo, aunque yo le diga todo esto, y aunque son muchas las personas que lo apoyan en este momento, hay batallas que sólo se pueden pelear solo. El monstruo, SU monstruo, está ahí y únicamente se quitará del camino después de mucho tiempo y trabajo.

Sólo quiero verlo triunfar, sólo quiero que esté feliz y tranquilo. Sólo quiero que llegue el día en el que podamos decir “¿se acuerda de cuando estaba haciendo la tesis?” “huy sí, qué mierda”.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 7:34 p. m. | 11 Infelices comentarios
domingo, 27 de junio de 2010
Mi papá tiene las vidas del gato
Una mañana del año 1993 (según lo que recuerda mi madre), mientras mis hermanos y yo nos alistábamos para ir al colegio, mi papá discutía afuera de la casa con el trabajador. Si mal no recuerdo lo estaba regañando porque el día anterior había salido sin avisar, dejando a mi hermano de 7 años solo en la finca.

La discusión terminó con un ruido estremecedor, el trabajador acaba de dispararle a mi papá con una escopeta. De pie, a escasos dos metros de distancia, el malnacido le disparó a su patrón apuntándole al pecho. Mi papá no sabe cómo, pero logró esquivar el tiro. Los perdigones se incrustaron en la pared del establo y a él sólo le quedó la pólvora en su brazo izquierdo, un día encerrado en el calabozo de la policía junto a su agresor, y el terror indescriptible de haber visto de cerca a la muerte… pero no sería la primera vez.

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Yo estudiaba en el colegio La Enseñanza, la jornada se acababa a la 1:20 pm y todos los días a esa hora mi mamá estaba esperándome en la camioneta verde. Pero cuando daban las 2 y yo seguía esperando a la salida del colegio sabía que ese día mi papá había sido el encargado de recogerme, él siempre se demoraba haciendo sus vueltas y llegaba tarde. Cierto día dieron las 2, las 2:30, las 3… a las 3:30 ya el colegio estaba vacío y una monja me acompañaba en la portería, finalmente vi llegar la camioneta, conducida por mi mamá.

Recuerdo que al subirme me pareció extraño ver uno de los overoles de trabajo de mi papá doblado sobre el asiento. Una abeja salió volando sobre el overol y yo dije: “mira mamá, una abejita”, ella de inmediato contestó: “sáquela, mátela, no, no la toque. Su papá está gravísimo en el Seguro Social”, supongo que esa no era la forma en la que ella quería darme la noticia.

Esa mañana mi papá estaba arando, pasó cerca de un enjambre de abejas asesinas y probablemente “sopló” la colmena con el escape de su tractor. Los insectos descargaron su furia instintiva contra mi padre, quien al lanzarse del tractor para correr cayó de tal forma que su rodilla derecha giró en la dirección incorrecta.

Tirado en el suelo, incapaz de levantarse por el dolor en su rodilla, fue atacado por miles de abejas durante más de media hora. Me ha contado que se echaba tierra encima para protegerse, y que cuando trataba de gritar para pedir ayuda la boca se le llenaba de abejas.

Un amigo de mi papá había quedado de verse con él ese día, entró en su carro hasta el cultivo y al salir le dijo a uno de los trabajadores: “no encontré a don Rodrigo, pero allá atrás hay un tipo al que lo están matando las abejas, y yo me voy porque soy alérgico”. Si no fuera por esa visita mi padre no estaría contando la historia.

Mi papá llegó al hospital con paro respiratorio y renal. Sólo del brazo derecho (el que usaba para cubrirse la cara) le sacaron 500 aguijones, que es aproximadamente la dosis letal para un adulto. Tenía picaduras en las orejas, la lengua, el paladar, adentro de los párpados, entre el pelo, etc. No me imagino el dolor.

Una semana en el hospital y una posterior cirugía de meniscos bastaron para volver a dejarlo como estaba. Eso sí, no puede ver una abeja o insecto similar porque sale a perderse, es más, el sonido de las detestables vuvuzelas que se pusieron de moda con el mundial de fútbol, lo desespera tanto que no ha sido capaz de ver un sólo partido completo.

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Hace tres años, lo que comenzó como una aparente gripa terminó llevándolo a cuidados intensivos de la clínica Rafael Uribe Uribe de Cali. La enfermedad avanzó con tal velocidad y fuerza, que yo nunca terminé de asimilarlo. Cuando me decían “la situación es muy grave”, yo simplemente me aferraba al recuerdo del hombre saludable que una semana atrás jugaba a asustarme.

Los médicos bugueños no pudieron diagnosticar la leptospirosis que lo estaba consumiendo y decidieron trasladarlo, tenía la tensión por el piso. En la ambulancia rumbo a Cali, mi papá “se nos iba quedando”, palabras de mi tía que lo acompañó. Al llegar a la clínica, una doctora identificó de inmediato los síntomas que ella misma había padecido, y comenzó el tratamiento de la enfermedad saltándose las pruebas para confirmarla.

Mis hermanos y yo fuimos a visitarlo un día cuando ya estaba en cuidados intermedios, me encontré con un hombre completamente debilitado. Mi padre, que siempre se ha caracterizado por dejar el plato vacío, perdió el apetito y diez kilos. Lo único que se podía hacer era esperar que su cuerpo, ayudado por una pesadísima carga de antibióticos, eliminara la enfermedad.

El proceso de recuperación fue bastante largo, pero una vez más, de esto sólo quedó el recuerdo. Si se preguntan por los 10 kg. perdidos, los recuperó con creces ;)

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A sus 61 años, mi padre se ha enfrentado a la muerte en formas tan improbables que mucha gente ni siquiera ha oído nombrar. Entre inconsciente y despierto, ha tenido que oír la aterradora frase “se nos va” refiriéndose a él. Como él mismo dice, le han proyectado la película de la vida un par de veces. También dice que es entonces, cuando ve pasar frente a sus ojos la imagen de la familia que ha construido, cuando decide no dejarse vencer y luchar contra la muerte una vez más.

Quizás es por eso que mi padre se ha convertido para mí en un ser inmortal, invencible. He pasado toda mi vida contemplando los altibajos de la suya y admirando la manera en la que, estando casi del otro lado, logra recuperarse por completo y seguir como si nada.

A mi hombre terco e indestructible, a mi McGyver, a mi héroe personal: gracias por seguir aquí conmigo, te quiero.

Feliz día.

PD: agradecimientos a mi mamá por su ayuda para recordar estos eventos, y su fortaleza para enfrentarlos.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 6:23 p. m. | 15 Infelices comentarios
viernes, 16 de abril de 2010
Sanito, sanito

Mayo de 1981. Una pareja de esposos espera la llegada de su primer hijo. Se cumplen las 40 semanas, ella empieza a sentir que “ahí viene el muchachito”. Pero recibe una mala noticia: una de sus tías ha sufrido una aneurisma y se encuentra grave en el hospital. En palabras de la madre, el nacimiento de su primogénito “se pasmó”. En los siguientes días tiene algunas falsas alarmas, pero al parecer el bebé está muy amañado y no quiere salir.

Ocho días después, contracciones, ansiedad, carreras, algunas horas en trabajo de parto, y finalmente el matrimonio Cruz Sánchez recibe a su bebé con toda la alegría del caso. Pero el niño ha pasado una semana completa encajado “en posición de salida”. Esto afortunadamente no tiene consecuencias en la salud del bebé, pero sí en su apariencia.

Se dice que todos los recién nacidos son igualitos y que son feos. Pues bien, mi hermano mayor fue la excepción: ¡era horrible! Tenía un turupe a un lado de la cabeza que casi igualaba el tamaño de la misma. A pesar de que el chichón desapareció con el tiempo, la impresión que causó en quienes conocieron a Juan Pablo en sus primeros días, ha permanecido por años entre las anécdotas de mi familia.

La madre y el recién nacido están en el mismo hospital en el que su tía se recupera de la aneurisma, por esta razón reciben una cantidad enorme de visitas. Los familiares y amigos que entran a conocer al bebé sólo atinan a opinar sobre su estado de salud. Comentan cosas como “¡qué lindo sanito está Juan Pablo!”, “ay mija, gracias a Dios nació sano”. Quiénes no lo conocen, al preguntar cómo está sólo reciben como respuesta: “ay, si lo vieras. Está… sanito, sanito”.

Una tía abuela del bebé pasa a visitarlo y a los pocos minutos sale del cuarto sin decir una palabra. Regresa más tarde con un ajuar para el niño, toma un gorrito de lana y entregándoselo a la madre le dice:

“Mija, póngale este gorrito y verá que así no se ve tan feo”.


Hoy, casi 29 años después es mi deber decir:


Juan Pablo: agradece que salió parecido a la mamá.


Pablo José Cruz Duque. Nació el viernes 16 de abril de 2010 a las 9 de la mañana. Pesó 3026 gramos y midió 51 cm.


SOY TÍA, ESTOY FELIZ :D


Epílogo: Mi mamá guardó el gorrito por muchos años, y después se lo regaló a la esposa de Juan Pablo poco antes de que se casaran. La consigna “póngale el gorrito que así no se ve tan feo” sigue siendo utilizada en mi familia.


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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 1:36 p. m. | 10 Infelices comentarios
martes, 9 de marzo de 2010
Sólo nos pasa a nosotros
Él: No reconoces la canción cierto?
Yo: nop
Él: Es de mi juventud
Yo: uuuuuuuuuuuhhhhhhhhh!
Él: Miguel Mateos
Y vivo/ atado/a un sentimiento/ carnal /entrando despacio
No sé, yutubéalo
Yo: ...
Él: Atado a un sentimiento, de Miguel Mateo
Yo: cuando vengas me la canta
Él: S
Yo: s
Él: Jajaja
Yo: jajajja
Te das cuenta de que "eso es amorT" cuando ambos se tragan la misma letra, ¡al mismo tiempo!

Felices 18 17 meses mi amor.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 6:55 p. m. | 10 Infelices comentarios
sábado, 10 de octubre de 2009
Yo sé que no te gustan los post cursis...
... pero no podía evitarlo.

Porque este año que te he tenido junto a mí ha sido maravilloso.
Porque quiero que sean muchos más y cada vez mejores.
Porque le doy gracias a Dios por haber encontrado alguien con quien me entiendo tan bien.
Porque estoy muy feliz por esta etapa que comienza en tu vida y emocionada por ser parte de ella.
Porque sigo aprendiendo cosas de ti y encontrando nuevas formas de hacerte reír.
Porque a pesar de que los problemas aparecen por todos lados, cuando me abrazas me recuerdas que todo saldrá bien.

Feliz primer aniversario mi Chinito. Te amo.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 12:24 p. m. | 8 Infelices comentarios
jueves, 27 de agosto de 2009
A mí me gusta…

Plagiando de frente a Alejo Angel. 

Ando en busca de la inspiración perdida, la segunda parte del post pasado he empezado a escribirla unas siete veces y no fluyeeee, a lo mejor es culpa de un mal recuerdo que estoy intentando bloquear desde ese día… el caso es que me duele el abandono tan ridículo que ha caído sobre mi amado blog, y pensé que lo mejor que podía hacer para empezar a escribir de nuevo era leer a mis amigos, cosa que desde hace un par de semanas no hacía, y fue así como terminé en el Armadillo leyendo un post muy lindo, que me hizo sonreír y ponerme a pensar en algunas de las cosas que me gustan y que me alegran la existencia.


- Andar descalza toooodo el tiempo.

- Ver The big bang theory.

- Ponerme la bata y encuevarme en el laboratorio toda la tarde.

- Don Dieguito, el señor que se sube a vender marcadores y esferos en los buses. Desde hace rato quiero escribir un post sobre él.

- Montar en bici, reírme del trancón de la hora pico mientras voy relajada por la ciclo ruta.

- Me gusta Bogotá.

- La Nutella en cantidades industriales. 

- Mi nombre, cuando lo escriben bien.

- Mi blog, mis Julius.

- Meter las paticas en el mar… y después el resto del cuerpo, puedo quedarme horas jugando en el mar como niña chiquita.

- Comprarme aretes, cuanto más grandes mejor.

- Que me consientas la cabeza mientras vemos televisión, ahora que tengo el pelo corto me gusta más.

- El punto número 15 en la lista de Alejo ;)

- La última media hora del viaje en bus de Bogotá a Buga, cuando empiezo a sentir que estoy llegando a mi hogar.

- Society, de Jean Pascal… ¡qué loción para oler rico!

- Esos días en los que al sol le da por asomarse en Bogotá y me puedo echar un rato en el parquecito afuera de la U.

- Regalar algo especial.

- Los gatitos, sobre todo cuando están en esa etapa en que se la pasan jugando y pataneando todo el día.

- Tomar trago con mis hermanos y mi papá.

- Semana Santa con mi familia, el ambiente de la casa antes de la procesión del viernes santo.

- Me encanta ser tu copilota, viajar a pueblitos que no conocemos y tomarnos la foto-boleta en la plaza central.

- El helado de chocolate con chocolate y salsa de chocolate de Cascabel. Mmmm.

- Me gusta esta canción y la voz de esa niña, no puedo dejar de ver este video:


Ha sido un mes difícil, finalmente acepté que mi salud no está bien y que tengo que ir al médico lo más pronto posible. La semana antepasada fue de depresión profunda, con conversaciones largas y agotadoras. A pesar de todowhat a wonderful world! :)


Editado 14-02-2010:

Restringidos los comentarios por culpa del maldito spam.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 9:31 p. m. | 19 Infelices comentarios
jueves, 26 de marzo de 2009
Es mejor en bici

Mis piernas se mueven por inercia, suben, bajan y se detienen en un inconsciente ritmo que se repite una y otra vez. Te sigo con toda mi confianza, tratando que la huella que deja tu llanta trasera marque la trayectoria que seguiré a continuación.

Aquí estoy, detrás de ti, pero no tan cerca como te gustaría, me haces señas y me dices que debo ir pegada a ti. Yo lo intento pero no soy capaz de mantener tu velocidad, entonces mi frustración hace que comience a hablar sola, alegando con el aire y haciéndote muecas por la espalda… olvidando por completo ese pequeño espejo retrovisor que tienes en tu casco y que te sirve para vigilarme todo el tiempo. Miro el espejo y sonrío, y aunque sólo puedo ver tu ojo izquierdo, sé que también estás sonriendo. He aprendido a interpretar tus miradas a través de ese artefacto, con tu ojo me regañas, me “miras rayado”, me preguntas si estoy bien o simplemente me dices que me quieres.

Llegamos a un semáforo, me detengo a tu lado y me explicas cómo vamos a cruzar. Se me viene a la mente el recuerdo del pánico que sentí la primera vez que salimos en bici, cuando un carro que pasara a mi lado podía paralizarme fácilmente. Todavía le tengo el respeto necesario a los carros, pero ese temor exagerado a las calles ha ido desapareciendo poco a poco. Contigo he conocido esta ciudad de una manera que hasta hace poco tiempo ni me hubiera imaginado; he puesto a prueba mi estado físico (el cual consideraba patético) y el resultado me ha hecho mejorar mi concepto de mí misma. Me encanta saber lo lejos que puedo llegar cuando me lo propongo. Aunque, claro, cuando me muestras en tu celular que hemos recorrido X km, el cansancio se apodera de mí, apoyo mi cabeza en tu hombro y te digo: “¡ohpordios! muero lentamente”

Arrancamos de nuevo, ahora vamos por una cicloruta, esas que antes pasaban desapercibidas para mí y hoy agradezco por cada metro de ellas, así como agradezco vivir en Bogotá. Sí, yo sé que vivo quejándome del clima, de la gente, de la contaminación; pero sabes que esta ciudad me ha enamorado desde la primera vez que puse un pie en ella. Y mucho más ahora que he encontrado a alguien como tú, con quien puedo disfrutar todo lo que nos ofrece Bogotá, como la Candelaria, el parque Simón Bolívar, el mirador de los nevados, la zona T, la plaza de Bolívar y otros cuantos sitios a los que hemos llegado pedaleando, tú en Maria Casquitos y yo en Enriqueta.

La foto no es mía, pero como si lo fuera.

¿Ves? por andar pensando bobadas ya me dejaste atrás. A veces olvidas que llevas 15 años en esto y yo menos de 6 meses, a veces me exiges demasiado con tus inalcanzables 30 km/h. Pero no importa, acelero el paso y voy por ti. Meto un cambio y suena como si estuviera torturando a la pobre bicicleta. Mordiendo mi labio inferior, frunciendo las cejas y agachando la cabeza espero tu regaño en 5,4,3… ¡fiuuu! no hubo tal. Te lo juro que a ratos me da menos miedo caerme que recibir un regaño tuyo por causa de mis burradas.

Entendeme, esto de los cambios y los platos sigue siendo cosa complicada para mí. Recuerdo las primeras veces (¿cambios? ¿qué es eso?), mi chiste de “¿no se consiguen bicis automáticas?” que no te hizo ninguna gracia; tus señas con las manos para decirme qué debía hacer: pulgar derecho para subir un cambio, índice izquierdo para bajar el plato, y así… y yo con esas ganas que tenía de responderte con mi dedo del medio, con una señal universal que me resultaría perfecta en ese momento. ¡Pero no podía hacerlo! si me soltaba del manubrio probablemente terminaría de jeta contra el pavimento.

Nos acercamos al puente de la 134 con autopista norte, la subida se ve difícil, al menos para mí.
- ¡Dime que no me vas a hacer subir esa cosa!
- Para allá vamos.
- ¡Ohpordios!

Tomo aire, bajo un par de cambios y empiezo el ascenso. En mis piernas se siente la pendiente, trato de mantener una velocidad constante como me enseñaste, siento el corazón latiendo muy fuerte, mi respiración cada vez más agitada, mis pantorrillas tiemblan con cada pedalazo, (¡taca!) bajo otro cambio, falta poco. Te veo llegar “a la cima” y hago mi último esfuerzo por alcanzarte, estoy sudando a pesar de los 10°C de la noche bogotana. Ya casi, unos metros más… ¡lo logré!

-¡PARA!- necesito tomar agua.

“Eres una dura, mi amor. Estoy muy orgulloso de ti”. Me dices sonriendo. Yo quiero contestarte pero el aire a duras penas me alcanza para mantenerme en pie.

Mientras bajo el puente a toda velocidad, sueño con repetir esta experiencia miles de veces, a tu lado, por supuesto. Sueño con esa bici que me dijiste que vamos a comprar para jubilar a Enriqueta, y con el casco que me hace falta para completar mi “disfraz de ciclista”. Y bueno, si algo hemos aprendido es que los sueños, los tuyos por ejemplo, a veces empiezan a cumplirse sin siquiera darnos cuenta ¿no crees?

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 12:26 p. m. | 35 Infelices comentarios
martes, 27 de enero de 2009
Pregunta rápida #5
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P/: ¿Cómo sé que fue mi hermano el que formateó mi computador?

R/: Porque me instaló Windows XP "para ñoños".
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Por eso te quiero, Sonso.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 11:14 p. m. | 19 Infelices comentarios
miércoles, 10 de septiembre de 2008
El sancochazo

Yo tendría unos, digamos, 13 años... lo que por simple sustracción me lleva a que mis primas Verónica y Alejandra, protagonistas de esta historia, tenían 12 y 11 respectivamente. Era domingo y estábamos en Villaescocia, una finca que queda justo al lado de la mía. No recuerdo si había alguien más o si estábamos las tres solas, lo que sí recuerdo es que estábamos en un desparche descomunal.
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Entonces Vero propuso que juguáramos al “sancocho”, Aleja dijo con cierto tono de emoción que sí, que de una, y yo, desubicada, pregunté en qué consistía el juego.
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–Muy fácil – dijo Verónica. – La idea es que vamos a hacer un sancocho, entonces cada una tiene que ir diciendo los ingredientes que va a traer. Por lo menos* mi hermana dice “yo llevo el pollo”, yo digo “yo pongo el agua”, vos decís “yo traigo la papa”… y así.
–Listo, juguemos. – El jueguito me pareció pésimo, no le encontraba el chiste. Pero tal era nuestro estado de aburrimiento que acepté.
–Bueno, pero esperate voy por un vasito de agua que tengo una sed.
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Y empezamos el ultrachocomegadivertidísimo juego…
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–Vamos a hacer un sancocho– arrancó Vero– yo traigo los plátanos.
–Yo traigo el choclo. – Continuó Aleja.
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Era mi turno y me quedé en blanco, no se me ocurría ningún ingrediente… entonces, recordando el ejemplo que mi prima me había dado un momento antes, exclamé:
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– ¡Yo pongo el agua!
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---SPLASH---
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Un vasado de agua fría cayó sobre mi cara sin previo aviso mientras ellas me decían entre risas:
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– ¡Por tacaña!
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¿Y qué hice yo? no las insulté, no les dije que ésa era una broma de muy mal gusto, ni les deseé que ojalá en unos años se fueran a vivir a otro continente (carajo, ¡cómo me hacen de falta!), ni mucho menos me reí con ellas. Hice lo que cualquier persona madura hubiera hecho: me fui corriendo y me escondí entre unos árboles.
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Pasó como una hora, esa estrategia infantil de esconderse es pura necesidad de atención y yo evidentemente no la estaba recibiendo. Al principio las oí llamándome, pero pasado un rato me di cuenta que nadie me estaba buscando. De todas formas permanecí en mi escondite, de pura indignada que estaba.
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Cuando los zancudos empezaron a hacer de las suyas en mis paticas y brazos descubiertos, no tuve de otra que volver a la casa, donde fui recibida con efusivos regaños por parte de todos los adultos presentes.
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Resulta que, al no encontrarme, mis primas pensaron que yo me había ido caminando hasta mi casa (el trayecto no es largo pero sí un poco peligroso, hay que atravesar un par de cultivos de maíz y frijol), entonces se fueron de muy valientes a buscarme. No, es que todavía me cuesta trabajo imaginármelas en esas, con lo cobardes que son, ¡le tienen miedo a todo!
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Durante mucho tiempo me recriminaron toda la cantaleta que recibieron ese día por haberse ido hasta mi casa solas y sin avisar. La mejor parte, la que no me canso de oír, es que ya a mitad de camino se encontraron un tipo, supongo que era un trabajador de Villaescocia o de mi finca, el caso es que Alejita ha tenido a bien preguntarle:
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– Señor, ¿usted es bueno o es malo?
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Nunca me han dicho qué les contestó el tipo...
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Ésa es mi adorada prima: pura ternura, siempre preocupada por todos, es la que sale con los comentarios más extraños en cualquier momento, la que siempre encuentra la forma de hacerme reír. Alegre, sentimental, se empelicula con nada y tiene los traumas más rebuscados que yo haya conocido… ¡por eso la quiero!
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La niña hace un tiempo descubrió mi blog y se lo devoró todito, después se antojó y abrió el suyo: Akí sí es. Así que si tienen tiempo vayan y como dice ella “siéntanse como en su casa”, de verdad vale la pena pegarse la pasadita.
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¡Feliz cumpleaños Aleja!, no sabés la falta que me hacés. Desde muy lejos te mando un abrazo tamaño familiar.



*Acabo de recordar ése detalle: Vero siempre decía “por lo menos” en lugar de “por ejemplo”. Me pregunto si todavía tendrá esa maña.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 11:22 p. m. | 17 Infelices comentarios
sábado, 14 de junio de 2008
Las manos de mi papá


Recuerdo que alguna vez, estando pequeña, comencé a regañar a mi padre por no lavarse las manos...
– Ya me las lavé – dijo él.
Yo las veo sucias – le reclamé.
Ése es “mugre limpio”.

Me tomó un buen tiempo entender que el “mugre limpio” de mi papá no desaparecería lavándolo con agua y jabón fab. Sus manos están percudidas por décadas de trabajo como agricultor y mecánico.

Mientras él duerme siesta o ve televisión, a mí se me va el tiempo jugando con sus manos, halándole los vellitos, moviéndole las venas entre los huesos, y explorando cada detalle:

Su piel es gruesa y áspera como papel de lija; en sus dedos las huellas digitales se están desvaneciendo lentamente; en algunas de sus uñas hay morados por golpes que ni siquiera recuerda; en sus palmas hay todavía huellas del accidente de tránsito que sufrió el mes pasado; y cicatriz sobre cicatriz, más de medio siglo entre arados y motores se ha encargado de dejar sus imborrables marcas.

Me encantan las manos de mi papá porque reflejan todo el esfuerzo que ha hecho y continúa haciendo por su familia. No lo llamaría sacrificio porque sé que es feliz con lo que hace. Más ahora que puede ver cómo empieza a cargar su próxima cosecha, la de hijos. Con esa vocación de ingeniero que inevitablemente terminó por contagiarnos a los tres.

Las palabras se hacen insuficientes cuando intento expresar la admiración que siento por mi padre, él siempre será mi héroe, mi MacGiver criollo, el que tiene más vidas que un gato, el que conoce todas las respuestas y las que no, me ayuda a buscarlas.

Pero soy consciente de que esas manos algún día se cansarán y debilitarán, cuando eso pase, yo sólo quiero que mi trabajo me haya llenado de suficiente mugre limpio, y estar aquí para cuidarte.


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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 4:37 p. m. | 22 Infelices comentarios
lunes, 24 de marzo de 2008
"De las aventuras de Pendiolín en Papayolandia" o "Sale medio post para la mesa dos"

Cuenta la leyenda que en semana santa de 2008 la ciudad señora de Colombia se vio honrada con la visita del Fruno-obsesivo más famoso de la blogocosa. También cuenta la leyenda que el motivo del rápido paso de Pendiolín por este pueblo de bobos amarrados al papayo y negritos milagrosos no era otro que conocer personalmente a cierta bloguera que se hace llamar Maria().

Y así fue. A eso de las dos de la tarde pasaditas, se encontraron en el sitio más obvio para ambos: al frente de la Basílica del Señor de los Milagros. Después del saludo efusivo y el posterior silencio incómodo, la niña de la Próxima Cosecha pensó que era buena idea ir a comer cholao…

En la foto: par cholaos de tres mil que hicieron las delicias de grandes y chicos, bueno no, sólo de nosotros dos. Al fondo: el espejo que incomodaba a Pendiolo. Jijiji

Y entre cholaos y Frunas, con el calor de una típica tarde bugueña aunque pasada por agua, se les fue casi una hora echando rulo sobre cualquier cantidad de temas. Después ella lo acompañó unas cuadras arriba de la plazoleta de la Basílica hasta el Pendiolomóvil, donde pudo conocer al señor Pendiolo padre y confirmar que son igualiticos.

Del encuentro quedaron algunas fotos para el recuerdo, la promesa de repetirlo (puede ser en Medellín), y la convicción de que en este medio se conoce gente muy bacana. Gente friki como uno, con la que se puede pasar un buen rato y hablar como si se conocieran de mucho tiempo atrás.

PD: ¿viste? después de todo sí me salió más de medio post sobre el asunto.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 10:14 p. m. | 9 Infelices comentarios
lunes, 25 de febrero de 2008
La próxima cosecha... de premios

Hace varios días recibí por parte de dos blogs uno de esos premios-memes sube-ego, lame-suelas, chupa-llantas que abundan en la blogocosa, y yo como miembro distinguido de la S.E.M.E.* no podía quedarme sin agradecer por los mismos y pasarlos a las siguientes víctimas.

Pero es que eso de premio "Arte y Pico" ya está muy trillado, mejor me invento otro. Así que después de pensarlo y gracias a la ayuda de un amigo diseñador, tienen ustedes el privilegio de presenciar el nacimiento del premio "Harto Pico" (aplausos, gracias), otorgado a esos bloggers con los que mejor se echa rulo en el msn o en persona.

Con imagen y que tales ¿cómo me vieron ahí?

Y mis ganadores son:

Mulder:** ahhh, hablar con vos es toda una terapia, a todo le pones doble sentido y me haces reír todo el tiempo. Pero también das muy buenos consejos y hasta regaños que, créeme, me han servido muchísimo.

Ka: aunque ahora estés “atornillado” en tu trabajo y hablemos muy poco, siempre será un placer pasar de p.m. a a.m. conversando con vos.

Webargas: con vos me río muchísimo, y podemos terminar hablando de cualquier tema. Además, nadie mejor que vos cuando quiero hacerle algún cambio a mi blog o necesito una imagen para un post ;)

Alrevez: uno más geek que yo, a veces nos ponemos a hablar de ñoñada y media, aunque en nuestras charlas también clasifican las levedades, como ese sábado que nos pusimos dizque a ver “Brazil’s next top model” jajaja, qué desocupe.

Pendiolo: en los últimos días has sido como “mi paño de lágrimas”, con vos se me pueden pasar las horas hablando de cualquier pendiolada.

Mafe: la comadre, la mejor para echar chisme por horas y horas. También sos algo así como mi doptora corazón jajajaja.

A todos ustedes: gracias por echar harto pico conmigo.

Y me faltaron varios, pero para no alargarmeme concluyo que echar pico con bloggers siempre es muy bacano, es como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo.

Bueno, le va la madre al que lo pase, no quiero morirme con el remordimiento de haber creado un meme.


(Nota: ya en serio, muchísimas gracias a Lobo y a Xinic@vatar, más que por los premios, por la opinión que tienen de mi blog.)

* Sociedad Endogámica del Mutuo Elogio.
** Mulder se la come.


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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 11:56 p. m. | 10 Infelices comentarios
lunes, 28 de enero de 2008
La Blogocosa: un lugar feliz
Y es que cualquier diez de febrero a una niña como yo le da por abrir un blog y empieza a contar esas cosas que sólo le pasan a ella. Días después alguien la visita y le gusta lo que lee, y le da por linkearla. Es así como de la nada comienzan a aparecer lectores.

Y sin darse cuenta, la niña ésta comienza a conocer muchos blogs interesantes y lo mejor de todo: la gente detrás de los post.

Y de un momento a otro ya tiene unos treinta bloggers en el messenger y ha podido conocer a algunos personalmente.

¿Pero en qué momento se da cuenta que la Blogocosa es en realidad un lugar muy feliz?

1) Una bloguera está de compras en un centro comercial en Washington DC, y al ver esta imagen piensa en la niña en cuestión y se la envía diciendo “tan pronto lo ví me acordé de vos.”

¡Mil gracias Comadre! en el próximo concurso de “esto sólo le pasa a Julius” el ganador no sólo se hará merecedor del Chocoramo de Oro, también recibirá el título de “Orange Julius”.

2) Otro bloguero muy querido y con excelentes contactos recibe en exclusiva una foto de cierto motociclista colombiano. De inmediato recuerda la enfermiza obsesión afición de esta niña por el tipo y le manda la foto. Eso sí, con cláusula de confidencialidad, así que no sé si en este momento estoy autorizada a publicar la foto. Pensándolo bien, aunque pudiera, no la voy a compartir con las fanáticas inferiores a mí que llegan por acá googleando su nombre.


Muéranse de envidia tontas

Muchísimas gracias Jonathan, haz hecho feliz a una bloguera.

Ya se me alborotó el cursi, pero es que ustedes dos no saben cómo me alegraron esas fotos, más allá de la imagen con el apodo de mis lectores o mi amor platónico, me hizo sonreír el hecho de que pensaran en mí al verlas y me las hicieran llegar.

Nuevamente, muchas gracias.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 12:58 a. m. | 12 Infelices comentarios
sábado, 24 de noviembre de 2007
Esto sólo le pasa a la Tata
Una de las más distinguidas lectoras de este chuzo es mi tía “la Tata”, único miembro de mi familia con plena autorización, dominio de internet y nivel de desocupe cantidad de tiempo libre necesarios para entrar a mi blog.

La Tata es la mamá de estos Angelitos y la esposa de un hombre al que considero mi modelo a seguir, mi mentor, pero bueno ésa es otra historia.

Lo que les quiero contar hoy es un célebre “esto sólo le pasa a ella”.


La Próxima Cosecha productions presenta:
Los cuentos del negro de la Tata

Llevaban poco tiempo de casados, y cada vez que la Tata decía algo terminado en –eta recibía la misma respuesta de su esposo…

-Jara (así le dice ella a él), ¿dónde está mi camiseta?
-Busque un burro pa’ que se lo meta.

-Jara, pasame una servilleta.
-Busque un burro pa’ que se lo meta.

La paciencia de mi tía se estaba acabando, hasta que un buen día él dio papaya diciendo algo referente a una camioneta. ¡Ja! en ese momento la Tata vio la oportunidad perfecta para vengarse, así que sin pensarlo le contestó:

-¡Busque un burro pa’ que se lo meta!
-Busqué uno, busqué dos.
Y todos estaban encima de vos.

Jajaja pobrecita mi Tata, la dejaron como al ternero. Pero esto no se podía quedar así, por lo menos ya conocía la respuesta para la próxima vez que la mandaran a buscar un burro, situación que seguramente no tardó en llegar…

-Jara, mirá que se estrelló una avioneta.
-Busqué un burro pa’ que se lo meta.

A lo que mi tía contestó con toda la emoción del caso (y contando con los dedos):

-Busqué uno, busqué dos, busqué tres…
¿Jara, cómo es?


Tata: si serás bugueña jeje, por eso te quiero.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 5:27 p. m. | 9 Infelices comentarios
jueves, 15 de noviembre de 2007
-
Es que éste es mi sexagésimo primer día sin ti...

(y no creas que ha sido fácil)

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 9:00 a. m. |
viernes, 12 de octubre de 2007
Una de esas burradas que sólo digo yo
Tengo desde mi pasado cumpleaños un saquito rosado que es una fábrica de hacer pelusa. Cuando lo llevo puesto no me puedo acercar a nadie vestido de negro o colores oscuros porque en cuestión de segundos terminan cubiertos de moticas rosadas.

Un día estaba con un amigo en una sala de computadores y…

Amigo: mira, esa niña tiene un saco como el tuyo.

Maria(): sip, pero ella no puede hacer el ataque de las motas asesinas*.

Amigo: oye sí, el saco de ella no se ve “pelusudo”. ¿Cómo habrá hecho?

Maria(): (con vos de “duh”) ¡pues lavándolooooo!

Amigo: eres un asco, no te me acerques.

Yo lo que quería decir que el saco de ella se veía viejo mientras que el mío estaba relativamente nuevo, no que nunca lo he lavado. Además como que lo dije muy duro porque tenía la pequeña impresión de que toda la sala me estaba mirando como si fuera un bichito cochino.

Es que esto sólo me pasa a mí.

Para voS: extraño esos días de conversaciones estúpidas en las salas del sexto piso del W. Lástima que no se repetirán, mañana cierran el edificio...

:S

*Ataque de las motas asesinas: consistía en pasar la manga de mi saco motoso por la espalda del buzo oscuro de mi amigo.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 11:33 a. m. | 10 Infelices comentarios
sábado, 15 de septiembre de 2007
Mi amiga secreta es…
Primero que todo un feliz día de amor y amistad para todos mis Julius.


Y ahora sí, a lo que vinimos: es hora de destapar el Amigo Bloguero Secreto.

Yo di muy pocas pistas, más bien ninguna, pero sí me hice sentir en su blog, en especial con esta fotico que al parecer le gustó mucho.

Maya maya, es nuestra amiga la abejita…

Sip, mi amiga secreta es nada más y nada menos que la creadora del juego. Apuesto que ni lo sospechabas ¿cierto?

Bueno, ¿qué les puedo decir de mi amiga secreta?

Que “rulea el universo a madres”, que tiene el ego por las nubes y delirio de princesa, que cantando te dice: ¡no mamen!, que hasta club de fans le montaron, que es una niña muy tierna con unos sentimientos muy bonitos que siempre refleja en su blog, haciendo que a veces sea un poco cursi, pero igual me gusta leerla. Ahhh también participa en cuentos para antes de dormir.

De las entradas que he leído hay una que me encanta, se llama gracias, me pareció un escrito muy lindo y la imagen es el complemento perfecto.

Mayita: no sabía qué regalarte, así que te voy a linkear en mi blog con la promesa de leerte más seguido. Yo sé que no es el mejor regalo del mundo, y que es más bien algo engreído, pero mis habilidades para otro tipo de regalo que pudiera darte por internet (imagen, video, banner) son nulas.

Feliz día del amor y la amistad, y gracias por este invento del ABS, me pareció muy divertido.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 1:25 p. m. | 5 Infelices comentarios
miércoles, 12 de septiembre de 2007
Pregunta rápida #3
P/: ¿Qué obtienes al mezclar...

- Una foto muy bacana.

- Una de mis entradas favoritas, ambientada con música del mejor.

- Y un amigo diseñador con algo de tiempo libre...?




R/: La nueva imagen de mi perfil.



¡Muchas gracias Freddy! petq

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 10:38 p. m. | 20 Infelices comentarios
jueves, 16 de agosto de 2007
No es más que un hasta luego


Mirá lo que me encontré:

[8 de Mayo de 2007 01:03 a.m.]

Camilo Dávila dice: pos si... somos unos chismosos…

Maria dice: pero se pasa bueno jaja

Camilo Dávila dice: jajaja, yo sé, y cada vez es más gente que entra…

Camilo Dávila dice: yo nunca había escuchado de los blogs hasta diciembre del año pasado, pero por ahí vi que tienen más de dos años...

Maria dice: yo los descubri en septiembre, el más viejo que conozco tiene 3 años

Camilo Dávila dice: el abuelo blog!

Maria dice: pues dice Víctor Solano que llevan 10 años, entonces este es como el papá blog...

Camilo Dávila dice: hace 10 años no debieron tener muchos lectores

Maria dice: no creo... y cuánto durará un blog en promedio?

Camilo Dávila dice: yo le pongo un año o menos, son muy poquitos los que duran más, al final la gente se aburre

Maria dice: aja, espero no aburrirme del mío en un buen tiempo

Camilo Dávila dice: a mi me gusta mi blog, ojalá siempre tenga un par de minutos para dedicárselos al blog, cada día es más dífícil

Maria dice: últimamente lo tenés medio descuidado

Camilo Dávila dice: por la U y el trabajo

Camilo Dávila dice: no me dejan mucho tiempo...



Snif…

Un minuto de silencio por el blog de Camilo el Todero, que descanse en paz.

Me va a hacer falta leerte, lo bueno es que te tengo en el cuarto de al lado para hablar bobadas.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 8:08 p. m. | 6 Infelices comentarios