lunes, 15 de marzo de 2021
Epifanía

Cuando estaba en quinto de primaria la profesora de español nos dejó de tarea dos acertijos. Hoy, 21 años después, la respuesta a uno de ellos llegó a mí de la nada. Fue una epifanía tan inesperada y reveladora que de inmediato supe que tenía que escribirla. Así que aquí estoy, recordando mi contraseña de blogger.com porque una revelación de este tamaño no debería perderse en la volatilidad de los 140 caracteres de un trino.

Los acertijos que nos planteó la profe Consuelo eran estos:

  1. ¿Cuál es una palabra de cuatro sílabas que contiene 27 letras?
  2. ¿Cuál es una palabra de tres sílabas que conserva su significado si retiras la sílaba del medio?

El primero fue fácil, lo resolví casi de inmediato. Pero el segundo me dio vueltas en la cabeza durante toda la semana y no lograba encontrar una respuesta. Recuerdo que hasta recurrí a abrir un diccionario en páginas al azar para buscar palabras de tres sílabas y retirar la intermedia para ver qué obtenía. Obviamente ese método no me llevó a ningún lado.

Mis compañeras tampoco tuvieron éxito. A la semana siguiente regresamos al salón de español y la profesora nos recibió con la confianza de la esfinge que ha planteado una adivinanza imposible de descifrar. Le pedimos la respuesta y no se me olvida su sonrisa mientras escribía en el tablero: "novena", para después borrar la V y la E. 

La revelación fue, digamos, decepcionante para mi yo de 11 años. No conocía la palabra "nona" como sinónimo de novena y no había una manera en que hubiera podido llegar a ella en esa semana. Para mí, el acertijo no había sido más que una curiosidad que notó la profe Consuelo mientras leía y luego se le ocurrió plantearla como un reto para sus estudiantes de grado quinto.

Por alguna razón ese recuerdo se quedó conmigo para siempre, a diferencia del apellido de la profe, el cual quisiera poder recordar en este momento para intentar contactarla y decirle que 21 años después sigo recordando su acertijo y que además acabo de encontrar otra respuesta correcta.

Sucedió literalmente de la nada, hoy 15 de marzo de 2021. Estaba sentada en la silla de mi cirujano maxilofacial a quien, curiosamente, llegué gracias a una epifanía ajena. Es una larga historia que se resume en que ignoré durante muchos años mis problemas de mordida hasta que no tuvieron otra opción más que manifestarse como un grito permanente, agudo y distante en mi oído derecho. Pasé por varios especialistas y exámenes sin que ninguno diera con la razón de mi tinnitus. Hasta que un día un otólogo me hizo dos o tres preguntas y, después de pedirme que abriera y cerrara la boca, me preguntó si era consciente de que mi mandíbula hacía clic con cada movimiento. 

Así que ahí estaba, cuatro meses después, esperando a que mi cirujano ajustara la placa neuromiorrelajante que deberé usar a partir de hoy para corregir mi mordida y empezar a masticar de manera correcta para... ¡masticar! ¡mas-ti-car! MAS-TI-CAR. Mi yo de 11 años estaría tan orgullosa. 

Casualmente, ahora que llevo medio día de usarla, siento que la placa hace que me vea como mi yo de 11 años. Me recuerda los apodos, las burlas, el sufrimiento de una ortodoncia que pareció eterna y al final fue insuficiente. No es fácil volver a abrir esas heridas, sin embargo llegué a un punto en que ignorar el problema dejó de ser una opción. Tonta yo, me había convencido de que era una cuestión estética y que, ya entrando a mis 30, las personas que amo me quieren con todo y mis dientes torcidos y mandíbula retraída.

Mientras escribo esto pienso que hay cosas que deben llegar a tu vida en el momento indicado y no antes. Como mi segunda respuesta al acertijo de español y como este cirujano que, aparte de ser un experto en trastornos como el mío, siempre tiene las palabras correctas para animarme durante este tratamiento que no será fácil, cómodo ni económico, pero sí muy necesario. O como mi psicóloga, un ángel que encontré el año pasado después de vivir el día más duro de mi carrera hasta ahora.

No debería sorprenderme que los 30 (ok, los 30 y algo) sean para mí el momento del autocuidado, del amor propio y de enfrentar de frente los dolores que había ignorado desde la infancia. Dolores del cuerpo y del alma que al final se manifiestan de formas muy similares. Hoy sé que mientras cuente con los profesionales indicados que me guíen en este camino yo estaré lista para todas las epifanías que están por venir.

Sí, hoy fue el día perfecto para una epifanía.


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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 10:14 p. m. | 5 Infelices comentarios
jueves, 28 de febrero de 2013
Los cambios
Una conversación con Caro en su muro de Facebook me recordó esto:
 
Soy muy afortunada, a lo largo de mi vida he ido encontrando oportunidades únicas que me han cambiado el panorama por completo más de una vez. Por eso a los 17 años me fui a vivir a una ciudad enorme, lejana y desconocida. También por eso, tres días después de graduarme de la universidad empaqué nuevamente mis cosas y me instalé en Cali. Los cambios me asustan, como a cualquier persona, pero cuando sé que estoy tomando la mejor decisión para mi futuro sólo puedo emocionarme por la oportunidad y prepararme para el nuevo comienzo. 

Hoy ha llegado el momento de vivir un cambio más: volveré a Bogotá, sé que no será fácil pero estoy segura de que vienen cosas grandes para mí. Es increíble cómo se va dando todo, siempre para bien, Dios ha trazado para mí un camino maravilloso y lo mínimo que puedo hacer es seguirlo con la mejor disposición.  

Así que aquí estoy, despidiéndome de una compañía que me dio una oportunidad enorme para que empezara mi vida laboral sin ninguna experiencia previa. Un lugar en el que disfruté dos años rodeada de la mejor calidad humana, aprendiendo todos los días, apasionándome cada vez más por la carrera que he escogido. Sólo tengo palabras de agradecimiento para esta empresa y todas las personas que hacen parte de ella, me llevo una experiencia invaluable, muchos recuerdos valiosos y la satisfacción de haber contribuido con mi trabajo al progreso de la planta.

A todos muchas gracias por haber hecho parte de mi historia durante estos dos años.
 



Imagen tomada del comic gigante de xkcd.


Con estas palabras me despedí de mi trabajo en Cali hace exactamente dos meses. Desde ese día han pasado muchísimas cosas, sigo asustada por el cambio y no he terminado de asimilar mi nueva situación, sin embargo estoy convencida de que tomé la mejor decisión. Tan convencida como ese día en octubre en el que vine a Bogotá por una emergencia familiar y regresé a Cali con buenas noticias y una oferta de trabajo.



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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 1:50 p. m. | 16 Infelices comentarios
martes, 12 de febrero de 2013
Estas son mis manos
 
Mis manos que escriben, trabajan, tejen, bordan, cocinan pero no mucho y doblan papel para hacer grullas... mis manos que hasta hace algún tiempo fueron motivo de vergüenza y hoy son el lienzo para probar los esmaltes de uñas más “marcianos” (Mafe dixit).
 
 
Sólo hasta agosto del año pasado logré ponerle nombre a una enfermedad que me había atormentado durante casi 15 años: dermatofagia, suena tan feo como se siente. No es un mal muy común y hasta el momento no he conocido personalmente a nadie que lo padezca, podría decir que “esto sólo me pasa a mí” pero no sería gracioso.
 
No tengo claro el momento exacto en el que comencé a morderme y comerme la piel de los dedos, el recuerdo más antiguo que tengo son unas vacaciones en el 98, cuando después de una tarde en la piscina de unos familiares me miré las manos y me di cuenta de las horribles heridas que me había hecho con los dientes. Mi mamá también lo notaba e intentaba ayudarme a dejar lo que denominó “un vicio desagradable”, pero tanto ella como yo estábamos lejos de imaginarnos que se trataba de un trastorno obsesivo compulsivo y que no iba a desaparecer ni con regaños ni con la fuerza de voluntad de una niña de 10 años.
 
Desde ese entonces y a pesar de intentar diferentes métodos nunca dejé de morderme los dedos, las uñas jamás fueron de mi interés. La desagradable manía siempre ha estado presente en mi vida, en algunas temporadas con más intensidad que otras. Llegué a un punto en el cual mis índices eran una sola herida, desde la cutícula hasta la segunda falange. Disculpen Julius sensibles si este post me está saliendo demasiado gráfico, pero es algo que necesito sacar de mi sistema.
 
Las semanas de exámenes finales en la universidad eran las peores, alguna vez lo escribí acá sin profundizar mucho; en una de esas semanas se me ocurrió cubrirme los dedos con esparadrapos para evitar la tentación, me parecía a Charlie el de Lost y escribir era todo un reto, pero funcionó. Descubrí que si permitía que las heridas se sanaran hasta no tener cueritos levantados podía mantener los dedos lejos de la boca por algunos días, pero todo el esfuerzo se perdía en el siguiente examen.
 
Entonces apareció el origami y sin habérmelo propuesto encontré la solución a mi trastorno. Fue algo casi milagroso, ni siquiera me di cuenta del momento en el que abandoné la compulsión de morderme y la reemplacé por doblar figuritas de papel. Digo casi milagroso porque aunque el origami fue el comienzo hicieron falta muchos otros pasos para considerarme curada. Con la ayuda de Ana, mi amiga psicóloga, empecé a investigar sobre la dermatofagia, me animé a contarle mi historia y así entendí muchas cosas de mí misma que siempre habían estado ahí y nunca me había atrevido a indagar. Gracias a Anita aprendí que la imperfección es hermosa y la perfección es aburrida, aprendí a aceptar mis defectos y a corregir lo que no me gusta sin necesidad de presionarme al extremo.
 
 
Estas son mis manos, mis hermosas manos. Ahora la adicción a hacerme daño ha sido desplazada por la adicción a mantener las uñas arregladas, sonará muy superficial pero la verdad es que con ese cambio vino también un cambio en mi actitud y en mi autoestima, no sólo me siento linda, también me siento fuerte y capaz de vencer cualquier obstáculo. Me quedaron cicatrices que tal vez no desaparezcan y me servirán para recordar la lucha que libré durante tantos años. También soy consciente de que habrá recaídas, la primera semana en Bogotá fue terrible, sin embargo eso no significa que vaya volver al comportamiento destructivo de antes.
 
La dermatofagia no es algo que se supere de la noche a la mañana, aún hoy tengo el reflejo de llevarme la mano a la boca en situaciones estresantes, la diferencia es que ahora soy capaz de darme cuenta de lo que estoy haciendo y detenerme a tiempo.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 8:41 a. m. | 32 Infelices comentarios
lunes, 7 de marzo de 2011
El pasto crece más verde en el patio del vecino
Ella me envidiaba por mis tetas, yo la envidiaba por su plata (a pesar de los rumores acerca de su procedencia).
Yo no tuve fiesta de quince. Para sus 15, su papá alquiló el sitio de moda y todos fuimos invitados.
Ella quería ser periodista. Yo quería ser ingeniera.
Yo soy tímida, a ella la recuerdo extrovertida e imprudente.
Ella me llamaba “maestra” porque le ayudaba con física y otras materias. Yo le decía “discípula” por seguirle la corriente.
Yo falté a los últimos días de clase porque estaba en Bogotá, entre otras cosas, tramitando mi inscripción en la universidad. Ella faltó porque finalmente había convencido al papá para que le regalara la mamoplastia de aumento, justo a tiempo para la fiesta de grado.

Ella y yo fuimos amigas en el colegio, lamentablemente dejamos perder el contacto cuando yo me fui a vivir a Bogotá y ella a Cali para estudiar las carreras que queríamos. Ahora lo único que sé de ella es lo que publica en su perfil de Facebook. Era una amistad rara, por lo opuesto de nuestras personalidades. Sin embargo la quería mucho y estaba convencida de que era una mujer muy inteligente y con las capacidades para lograr lo que se propusiera. Cinco años después lo comprobé, cuando ella y yo fuimos las únicas de nuestro salón que nos graduamos de la universidad en los diez semestres habituales. Ese día le escribí en su wall: “aunque ya no seas mi discípula estoy muy orgullosa de vos.”

Empecé a trabajar una semana después de haber recibido mi diploma, dándole gracias a Dios porque sé que hoy en día no es nada fácil conseguir el primer trabajo con esa rapidez. Ella en cambio tenía planes muy distintos: se dedicó a viajar. Primero fue con su papá y sus hermanas a Fort Lauderdale, Miami y Orlando. Creo que también estuvo un tiempo en Bogotá. Anoche supe que anda en Europa, y ver las fotos de su paso por Venecia desató en mí el ataque de envidia más grande de mi vida.

Comencé a preguntarme cómo sería mi vida si las cosas me resultaran tan fáciles como parecen resultarle a ella. Sí, estudié la carrera que quería y en la mejor universidad, pero gracias a eso tengo una deuda de la que no sé cuándo podré librarme. Mientras ella pasea por Italia yo me levanto a las seis de la mañana para ir a trabajar, no puedo evitar sentir envidia. Estoy consciente de que la comparación no es tan básica como la estoy pintando, al fin y al cabo nadie sube fotos de los momentos difíciles a su Facebook. También es cierto que yo también he podido darme gustos a los que otras personas no tienen acceso, así que no tengo derecho a quejarme.


“TEH GRASS IZ ALWAIZ GREENER ON THE UDDER SIED OB TEH FENSE”
Tomado de
I can has Cheezburger.


Mi papá es el hombre más maravilloso del mundo, no podría terminar de agradecerle todos los esfuerzos que ha hecho para darnos a mí y a mis hermanos todo lo que ha estado a su alcance. ¿Pero por qué no pudo ser más simple? ¿por qué siempre tuvimos que seguir esperando la próxima cosecha? ¿por qué tuvimos que tomar una decisión tan difícil como cuál de mis padres iba a acompañarme en mi grado porque la plata no alcanzaba para que viajaran ambos?

No, voy a parar aquí porque empiezo a sonar como víctima y no es la idea. No es justo con ella ni conmigo.

Sé que algún día voy a ir a Venecia, no me permito dudarlo. Estoy segura de que tanto ella como yo alcanzaremos las metas que nos pongamos en nuestra vida profesional, pero hoy siento que a mí me costará más trabajo.

No sé, a ratos me gustaría cambiar de papeles y que la mayor de mis preocupaciones fuera mi talla de brassiere.


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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 1:38 p. m. | 24 Infelices comentarios
viernes, 19 de noviembre de 2010
Caer y escalar, escalar y caer
El miedo me paraliza, al pensar en lo que pudo haber pasado me siento frágil, no quiero estar sola. Pero tampoco quiero llegar en este estado al gimnasio de escalada. Mi hermano ya debe estar esperándome y no quiero echarme a llorar delante de sus amigos. Me calmo, tomo aire, la llamada de mi novio es lo que más me ayuda. Con él puedo desahogarme hasta que mis manos dejan de temblar.

Ya ha pasado casi media hora... iba caminando hacia el gimnasio cuando sentí una sombra detrás de mí, muy cerca, me incomodaba pero lo ignoré. Al llegar a la parte más oscura de la calle se acercó corriendo hacia mí y agarró mi bolso con fuerza... no quiero pensar en eso.

El gimnasio está al otro lado de la calle, hoy es mi cuarta clase y la he estado esperando durante toda la semana. No, no me voy a dejar dañar la escalada, quiero que el dolor que siento sea por un deporte que disfruto y no por haber luchado en defensa de mis pertenencias. Todavía tengo la voz de mi novio en el manos libres. -no me dejes sola- le digo. -aquí estoy- contesta. Cruzo la calle, sigo con esa sensación de que todos los que pasan cerca quieren hacerme daño.

Preferiría no contarle a mi hermano lo que me acaba de pasar, pero la cartera rota y las peladuras en el codo y el hombro son difíciles de disimular. Así que al verlo pongo mi mejor cara de "todo está bien" y le cuento la historia resumida y minimizada. Él no sabe cómo reaccionar, lo único que me dice es que qué bueno que no me pasó nada y remata con un "vaya cámbiese pues".

En el baño puedo detallar por primera vez el raspón en la parte baja de mi espalda. Arde mucho, está sucio y suelta un líquido transparente, pero no es una herida profunda. Mientras me cambio pienso en mis gafas, me harán falta mañana en el trabajo. Me da rabia haberlas perdido, no le sirven a nadie más que a mí y me va a costar tiempo y plata mandar a hacer unas nuevas.

Ya estoy cambiada y lista para mi clase, sólo me faltan los gatos (así se llaman los zapatos para escalar). Como aún no he comprado los míos tengo que usar unos de la caja de gatos del sitio, la cual bien podría ser catalogada como un arma biológica. Busco y busco hasta aceptar que los gatos que me gustan, los marca Five Ten que son una talla menor que mis zapatos, no están. Pero yo quiero esos, los demás me quedan demasiado apretados, ¿dónde están? Quiero decirle a mi hermano que me ayude a encontrarlos, quiero tener 5 años y hacer una pataleta por esto. Y que venga mi mamá y me diga que en la próxima cosecha me comprará unos mejores. Quiero decirle a mi hermano que me siento mal, quiero dejar salir las lágrimas que estoy aguantando desde que lo saludé.

-Fede, no están los gatos que yo uso.
-De malas, póngase otros.

¡Reacciona, tonta! ya no eres una niña. No consigues todo lo que quieres, y se supone que tienes la fortaleza para enfrentar tus problemas. Nadie te va a salvar del ladrón, nadie te va a abrazar y decirte que ya pasó. Finalmente escojo de la caja unos gatos naranjas, un poco más viejos que los 5:10, al amarrármelos me doy cuenta de que tengo unos nuevos gatos favoritos y que ésta será una noche llena de dramas internos, reflexiones pendejas y analogías baratas.

Alejo, el instructor, me pone esparadrapo en las heridas de las manos. Dos niñas que están entrenando se acercan a preguntarme qué pasó, yo repito la historia, esta vez con más detalles, de todas formas sigo intentando aparentar que no me afectó, que estoy fresca. Caliento y hago los estiramientos de rutina completamente ida, repasando la escena una y otra vez en mi cabeza… Todo pasó en cámara lenta. Grité, me aferré a mi cartera, él me tiró al piso y me arrastró. Ninguno de los dos soltaba el bolso. Le grité hijiueputa y después pedí ayuda. En el suelo, con mi espalda siendo arrastrada por el andén, se me ocurrió lanzar patadas a sus piernas, y milagrosamente dio resultado, larga vida a las botas con puntera de acero. El ratero finalmente soltó mi bolso, que a esas alturas ya estaba todo descosido por un lado, y arrancó a correr mientras tres señoras asomadas en las ventanas de un edificio cercano me preguntaban si estaba bien…

Bueno, a lo que vine. Comienzo con el muro más fácil, de hecho es el único que he tocado hasta ahora. Me dicen que haga una ida y vuelta para comenzar, pero no logro hacer el trayecto completo. Dos, tres, cinco, diez intentos fallidos. Me siento tan torpe y pesada. Estoy entre la descarga de adrenalina por haber vencido al ladrón y el desconsuelo de sentirme absolutamente vulnerable; pero lo segundo es más fuerte y termina por sabotear mis movimientos.

Alejo se da cuenta de que el muro me está quedando grande. Se acerca y me enseña a “descolgarme” para distribuir mi peso, de esa manera las piernas no son las que hacen toda la fuerza sino que se reparte entre los brazos, el abdomen y los pies. Siento venir otra analogía chimba, claro, lo que necesito es distribuir esta carga, pesa mucho. A pesar de la lección de Alejo no soy capaz de ir y volver, algo tan bobo que lo hice en mi primer día, sin saber nada. Pero hoy nada me sale. Las manos me tiemblan, como que la fuerza se me quedó desparramada en el andén de la carrera ochenta con calle quinta. Sí, debe estar haciéndole compañía a mis gafas.

Me siento en una de las colchonetas a descansar. Fede y sus amigos están haciendo una ruta difícil, o al menos a mí me parece imposible. Son unos duros, se mueven como si no pesaran un gramo, carajo, lo hacen ver tan fácil. Hay una niña que avanza con tanta delicadeza que parece que estuviera bailando tango. De repente ahí está mi hermano, colgado del techo cual araña. Uno de sus pies no está apoyado en nada. Tiene la cara roja por la fuerza que está haciendo. Verlo me recuerda una de mis motivaciones para aprender a escalar “si mi hermano, el hombre más sedentario que he conocido, pudo hacerlo, cualquiera puede”. Seguiré practicando una vez a la semana, de pronto más, y seré tan buena como ellos.

Foto tomada con el celular que NO me dejé robar hoy.

Reúno fuerzas nuevamente y le pido a uno de los “pro” que me asigne una ruta fácil. Y se toma en serio lo de fácil, es una secuencia de siete presas para usar con las manos, y las que quiera con los pies. La siguiente hora la paso tratando de sacar la ruta, sin embargo sólo logro llegar hasta la penúltima pieza, la última es en el techo y, aunque logro acercarme varias veces, no tengo la fuerza necesaria para impulsarme y subir. Pero bueno, siento que aprendí un poco más, tal vez la próxima semana llegaré al techo al primer intento.

Caminando con mi hermano hacia la parada del MIO descubro que estoy muerta del miedo, y que las calles que antes recorría con cierta confianza ahora me parecen extremadamente peligrosas. Pienso en ese mandamiento colombiano de “no dar papaya”, ¿pero entonces qué, si ahora todo es papaya?, ¿no hago nada por miedo?, ¿dejaré de venir a escalar sólo porque intentaron robarme llegando al gimnasio? No creo que valga la pena. Hoy hice algo que nunca había hecho: enfrentarme a un ladrón. Sé que fue muy arriesgado y que era probable que la historia hubiera tenido un final más trágico, pero no me parece que vivir con miedo sea la solución a nada.

Recuerdo haberle gritado “¡largate malparido!” cuando vi que emprendía la huida. En ese momento me di cuenta que todas mis cosas estaban tiradas en el andén, creo que con cinco segundos más de forcejeo el tipo habría conseguido lo que quería. Todavía no sé por qué decidí que no me robaría ni por el putas.

Hoy aprendí la diferencia entre boulder y secuencia. Hoy aprendí que nadie tiene derecho a quitarme mis cosas.


Update amarillista.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 12:41 a. m. | 19 Infelices comentarios
lunes, 11 de enero de 2010
De entuques, delirios y remordimientos

- Borrador escrito el 19 de junio de 2009 -

Entucar: término valluno equivalente al “rumbearse” de los rolos, “entromparse” de los costeños y “encarretarse” de los paisas. Entucar es besarse con otra persona sin ningún compromiso, puede llegar más allá como puede quedarse ahí.

Utilizo sus nombres verdaderos porque ya no importan, y porque tengo fe en que los personajes en cuestión nunca se asomen por acá.

A Tomás me lo entuqué un noviembre, era el cumpleaños de Cata G. Tomás era bajito, paisa, gago, y tenía una tos inclemente. Olía a aguardiente y me besaba con los ojos entrecerrados, luego tosía, y con su acento paisa me llamaba “bonita”. Pffft, “bonita”, ¿no tendrán algún otro piropo los paisas? Recuerdo que no soportaba su hablado, ese acentico nunca ha sido de mi completo agrado, además repetía cada sílaba unas cuatro veces cuando menos, según él porque yo lo ponía nervioso. Tomás me besaba, me llamaba bonita, tosía, decía algo tartamudeando y luego me volvía a besar. Estaba borracha, pero no lo suficiente para no darme cuenta de lo mucho me pesaría en la conciencia lo que estaba haciendo. Nunca volví a saber de él, porque así lo quise.

A Ricardo me lo entuqué otro noviembre, creo, era el cumpleaños de mi prima Vicky. Tenía una barba cortica pasada a cigarrillo. Estudiaba medicina. Tenía un pantalón que me llamó mucho la atención, y después de que pasé toda la noche mirándole el culo, me convencí a mí misma de que él me iba a besar y que iba a ser inevitable que yo le correspondiera. Es obvio que toda la situación la propicié yo, que lo que me dijo fue lo que yo quería oír, y que estaba consciente del sentimiento de culpa que me atacaría la mañana siguiente. Ese guayabo me dio más duro que cuando me entuqué a Tomás. Ahora que lo pienso, creo que Ricardo también me decía “bonita”, pero entre el sueño y la borrachera, los recuerdos de esa noche son difusos. De Ricardo tampoco volví a saber nada, creo que se fue a Argentina, si quisiera podría preguntarle a mi prima, pero francamente me tiene sin cuidado.

A Christian me lo entuqué en febrero, la misma noche en que me lo presentaron. Me encantaban sus ojos verdes y la seguridad con la que me hablaba. Sin darme cuenta, mientras fumaba narguila por primera vez en mi vida y tomaba ron, mi mejor amiga y su mejor amigo nos dejaron solos en la sala y yo simplemente desconecté mi cerebro. Lo besé con la completa seguridad de que no habría remordimientos al día siguiente, besaba delicioso y yo sólo me concentré en disfrutarlo. Se puede decir que Christian fue el único con el que llegué a tener aspiraciones de algo serio, pero sólo fue por el humo del narguile en mi cabeza y mi recientemente adquirida sensación de libertad. Esa semana me mandó un mensaje por facebook, después hablamos un par de veces por msn y me desencantó por completo su pésima ortografía, el siguiente sábado me llamó… ¡a las 2 de la mañana! Y ahí fue cuando dije “esto no va para ningún lado”.

No me arrepiento de haberme entucado a Christian, como sí me arrepiento de los otros dos, al fin y al cabo era una etapa que debía quemar, pero definitivamente lo mío es la seriedad. Christian es amigo de Tomás y lo último que supe (después de que me sacó de su facebook) es que se había cuadrado con una niña que conocí el día que me entuqué al paisa.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 3:29 p. m. | 10 Infelices comentarios
martes, 14 de julio de 2009
Las cabalgatas y yo, primera parte
Intento rescatar algunos recuerdos reprimidos de mi infancia para escribir este post. No es fácil saber en qué preciso momento comenzó mi miedo irracional por los caballos y más específicamente por ese evento en el que una vez al año la gente libera su traqueto interior y sale a mostrarse por todo el pueblo encaramado en un caballo, con objetivos que no van más allá de llenar las calles de mierda y el organismo de alcohol.

Pensándolo bien los caballos sí me gustan. Yo crecí en una finca, mi papá tenía una yegua llamada Marina que tuvo tres potritos, a medida que iban naciendo, mis hermanos y yo –de mayor a menor– les fuimos poniendo nombres TV-influenciados y así nos hicimos cada uno a un caballo. Primero nació Tornado (sí, como el caballo del Zorro), que fue para mi hermano mayor. Después vino Centella (sí, como el capitán Centella, el de la moto), propiedad de mi segundo hermano. Y por último nació mi potranca: Gaviota (me debatía entre ese nombre y “Esmeralda”, nonono ¡novelera desde chiquita!)

Recuerdo que esporádicamente salía a cabalgar por la finca con mis hermanos, pero un día cualquiera, mi yegua (creo que iba en Marina) se desbocó, arrancó a correr como loca y cuando por fin logré que se detuviera, me bajé diciendo que nunca más volvería a montarme en un caballo. Promesa que he cumplido desde ese día y que he reiterado con cada caída o patada que han recibido mis hermanos. Pero espero, por mi propio bien, que cabalgar sea como montar en bicicleta.

Las cabalgatas son otro cuento, esa cantidad absurda de jinetes por todas las calles siempre ha sido para mí sinónimo de desorden, problemas, caídas, borrachos etc. Desde que tengo memoria he visto salir a mis hermanos casi a mediodía montados en sus caballos y me he quedado con la angustia de no saber a qué hora van a volver, ni en qué estado. De una cabalgata de la feria Buga tengo el recuerdo del que considero uno de los peores días de mi vida… recuerdo reprimido, como decía al principio, pero creo que de ese día viene mi mayor trauma con esos eventos.

Mi hermano mayor, víctima de una borrachera épica, se separó del grupo con el que estaba y se perdió. Uno de mis tíos, víctima de una borrachera aun más épica, se armó tremenda película y logró convencer a los demás de que a mi hermano lo habían secuestrado en plena cabalgata. Oyendo esto, mis papás salieron a buscar a mi hermano y me dejaron cuidando la casa. En esas llegó mi tío, casi sin poder sostenerse, diciendo que había encontrado a los hijueputas que tenían a mi hermano y que iba por ellos. Lo siguiente que recuerdo es ver a mi tío tirado en el suelo, tratando de armar la escopeta de mi papá, que afortunadamente sólo la sabe armar el dueño, y diciendo que iba a matar a esos hijueputas. Créanme, esa imagen puede ser muy traumatizante cuando tienes 8 años. La cosa se puso mejor cuando unos tipos que conocían a mi papá encontraron el caballo de mi hermano y fueron hasta la finca a dejárselo. Mí tío identificó a los presuntos secuestradores y con otras personas que habían llegado (no recuerdo quiénes eran) les dieron la muenda de sus vidas a los pobres que sólo iban a entregar el caballo. Al final mi hermano apareció, otro tío logró detener la pelea con los “secuestradores” y todo volvió a la normalidad.

* Tuve que pedirle a mi mamá que me ayudara a recordar esta historia y descubrí que su trauma es mayor que el mío, ella es la que tiene que ir a buscar a sus hijos al final de cada cabalgata.

Salvo por la cabalgata de hace 3 o 4 años de la que mi hermano mayor volvió cargado, no por borracho sino porque acababa de caerse del caballo y golpearse la espalda con un andén; los siguientes años las cabalgatas fueron menos memorables que la del secuestro, pero siempre estaba la angustia por el regreso de mis hermanos, y fue así como le cogí fastidio a esa fecha.

Sin embargo todos tenemos derecho a cambiar de opinión, a ensayar lo que algún día dijimos que ni locos llegaríamos a hacer y porqué no, a enfrentar los traumas de la infancia. Es por eso que hace tres semanas, cuando mi hermano comenzó a hablar de los preparativos para la cabalgata de este año, le dije que tenía ganas de participar. Fue un comentario al aire, la verdad lo hice más que todo por ver la reacción de mi mamá, que obviamente no fue la mejor. Cuando me di cuenta ya mi papá me había conseguido el caballo, la herrada y la montura.

Mi hermano me acaba de llamar para decirme que el caballo ya está en la finca, que mañana tenemos que salir a montar para que se acostumbre a mí. La cabalgata es este jueves y yo estoy aquí recordando porqué odio las cabalgatas y diciéndome “¿en qué me he metido?”

En últimas lo peor que me puede pasar es obtener una buena historia para contar acá... ¿verdad? ¿verdad? ¿VERDAAAD?

Tengo meyo :S

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 7:15 p. m. | 21 Infelices comentarios
domingo, 10 de mayo de 2009
Mi mamá se casó a los 21

Siempre le he dicho a mi madre que ella se quitó la toga y el birrete (de su grado del colegio) y se puso el vestido de novia. En realidad los dos eventos están separados por un par de años, pero me sigue pareciendo muy poco tiempo. Mi papá le propuso matrimonio un 24 de diciembre cuando ella todavía tenía 20 años, en enero cumplió los 21 y en agosto ya era la señora “de Cruz”.

Hoy estoy cumpliendo 21 años, y aunque lo intente no soy capaz de imaginarme en las mismas a esta edad. Para nada, mi familia me sigue tratando como a una niña y, la verdad, así me siento. Pero se me ocurre que ya tengo algo que contestarle a mi mamá cuando me niegue un permiso “vos a esta edad ya estabas casada”… vamos a ver si resulta, jajaja.

Veintiún años, wooow, suena como imponente ¿cierto? Aunque lejos estoy de tener mi vida resuelta por lo menos puedo decir que el próximo año sí lo está. Acabo de entregar mi propuesta de proyecto de grado, la práctica académica que quería hacer el próximo semestre lastimosamente no salió, así que he decidido terminar las materias que me faltan en dos semestres con media matrícula. Así podré dedicarle el tiempo necesario a la tesis y dictar un par de monitorías para recibir unos pesitos. Si todo sale bien me estaré graduando en septiembre del próximo año (y no los invitoooo :P)… endeudada hasta las chancletas con el Icetex y Fiducolombia.

Sinceramente, no me di cuenta en qué momento llegué a este punto, la carrera se me ha pasado rapidísimo y ahora que ya la veo del otro lado me asusta un poco. En este momento puedo decir que estoy feliz con mi vida, con las decisiones que he tomado hasta ahora (la Ingeniería Química, vivir en Bogotá, etc) y con las personas que me rodean: una familia hermosa, unos amigos que me alegran la vida, unos amigos dospuntocero tan cercanos que eso de la “virtualidad” quedó atrás hace mucho rato, y un novio al que amo con toda y que me hace completamente feliz.

Mi madre a estas alturas andaba planeando su matrimonio, yo siento que apenas estoy comenzando la adultez.

Sé que vienen grandes cosas para mí, por ahora me voy a seguir celebrando mi cumpleaños, que apenas comienza pero ha sido uno de los mejores que he vivido. Y bueno, para continuar con la tradición de años pasados, yo sigo esperando que me regalen uno de estos:
Oh my raf!

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 11:31 a. m. | 18 Infelices comentarios
jueves, 12 de marzo de 2009
Sin palabras, nuevamente

Por eso me demoré tanto en escribir este post.

También porque durante varios días no fui capaz de entrar a mi blog sabiendo que me iba a encontrar con el post anterior, tan emotivo, tan espontáneo, tan lleno de expectativas… y cómo contrasta con lo que sentimos días después.

No, ya no voy a ser tía, al menos no por ahora. Sin haberse completado una semana de la gran noticia, mi cuñada lamentablemente tuvo algunas complicaciones, y después le dijeron que es posible que nunca hubiera estado embarazada. La verdad nunca entendí bien lo que pasó y tampoco quise indagar más sobre el tema.

Duele mucho este vacío, y es extraño sentirse así por una personita que ni siquiera llegamos a conocer.

Pero bueno, ya lo dijo mi cuñada: la naturaleza es sabia. A lo mejor los recién casados todavía no estaban listos para ser padres. Por lo menos ya sabemos la emoción con la que esta familia recibirá a un nuevo integrante. Y estoy segura que ese momento llegará más temprano que tarde.

Hermanito: te quiero y te extraño mucho. ¡Y ponete a trabajar en mi primer sobrino pues!

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 1:39 p. m. | 11 Infelices comentarios
lunes, 16 de febrero de 2009
Sin palabras


Hoy lunes 16 de febrero de 2009, a las 6:25 pm. me han dado una de las mejores noticas de toda mi vida:

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¡¡Voy a ser TÍA!!


No, es que todavía no me lo creo.

Quisiera que este fuera un post de esos cursis, profundos. Quisiera decirle a mi hermano y a mi cuñada que estoy segura de que serán unos padres increíbles. Quisiera describir esta alegría infinita que me tiene con una sonrisa permanente desde esta tarde. Quisiera dejar aquí escrito todo lo que estoy sintiendo en este momento y que en algunos años mi sobrina o sobrino pudiera leer esto y saber la emoción que la noticia de su existencia ha provocado en mí.

Pero es que simplemente estoy sin palabras, he escrito y borrado este post un millón de veces y no termina de convencerme, las letras se hacen insuficientes para expresar todo lo que pasa por mi cabeza en este instante.

Yo sólo quiero que estos nueve meses se pasen volando para conocer a mi primer sobrino. Tía Maria(), qué bonito suena eso :D

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 7:35 p. m. | 28 Infelices comentarios
domingo, 3 de agosto de 2008
Estoy de aniversario, felicítenmennnn

Hoy se cumplen tres años de mi llegada a la nevera… bueno, en realidad fue antier, pero no tenía dónde escribir este post, así que digamos que es hoy. Al fin y al cabo es mi blog y yo celebro los aniversarios cuando me dé la regaladísima gana, y si mañana me da por venir a decirles “feliz navidá” no hay nada que ustedes, infelices Julius, puedan hacer al respecto.

Ejem, como que me desvié. ¿En qué iba? ¡ahh, sí!

Primero de agosto de 2005, mis papás me despertaron tempranísimo después de una mala noche, en la que dormí muy poco pensando en todo lo que se venía y sin saber que esperar. Me bañé y bajé a desayunar, pero no pude, la comida simplemente no me bajaba. Sentía las mismas náuseas de la mañana en la que presenté el Icfes*, justo como me he sentido hoy durante todo el día.

Mi papá terminó de cargar todas mis cosas en la camioneta, y listo, vámonos. Fue muy extraño ver cómo iba dejando atrás todo lo que conocía, mi casa, mi ciudad... mientras avanzábamos el paisaje se fue volviendo desconocido y finalmente me quedé dormida.

A eso de las cinco de la tarde llegamos a Bogotá, y como era de esperarse, nos perdimos :S

Los siguientes días fueron de trasteo, de compras, de conocer un poco la ciudad. En ese momento yo estaba feliz, encantada con Bogotá a pesar del clima y el ardor en mis ojos. Obviamente estaba asustada por tantos cambios en mi vida, pero me sentía tranquila porque todavía tenía a mis papás conmigo.

El seis de agosto, ése día sí se me acabó el mundo. Mis papás regresaban a Buga la mañana siguiente (cumpliendo treintaytantos años de casados), así que me dejaron instalada en mi nuevo apartamento y se fueron a dormir donde mis tíos. Era mi primera noche sola, me aguanté las ganas de llorar cuando me despedí de mis papás, pero cuando los vi alejarse por la avenida circunvalar me desbaraté por completo.

Ésa fue la peor noche de mi vida, lloré hasta que me quedé sin fuerzas, tenía miedo de no ser capaz de quedarme acá, y defraudar a mis papás sabiendo todo el esfuerzo que estaban haciendo por mí.

Llamé a mi (en ese entonces) novio para que me diera ánimos, y el muy maldito no me contestó porque andaba en cine, esto sólo me pasa a mí. La depresión desapareció en un par de semanas y casi sin darme cuenta ya estaba disfrutando de mis primeras vacaciones en Buga.

Bueno, ya han pasado tres años y sigo acá, feliz, convencida de que tomé la mejor decisión para mi bienestar. Ya no lloro cada vez que llego a Bogotá, aunque sigo enfermándome, espero poder superar esa "alergía a la capital" algún día.

*Ese bendito examen influyó mucho para que yo esté aquí ahora.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 11:43 p. m. | 27 Infelices comentarios
sábado, 31 de mayo de 2008
De temblor y soledad II o “De temblor y prioridades”
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Yo sé, un poco tarde para escribir sobre el temblor, pero quién dijo que había plazos en esto de escribir mis cosas.
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Un año después, la tierra volvió a estremecerse bajo sus pies. Ya no había soledad, ahora había prioridades.

- Los niños, ¿dónde están los niños?

Su cerebro y su cuerpo reaccionaron de inmediato, como un resorte se levantó del sofá y corrió hacia el cuarto donde dormían la siesta.

- ¡Está temblando! – gritó mientras abría la puerta.
- ¿Qué está temblando? – preguntó el hijo de la empleada, con la inocencia propia de sus cuatro años de vida.
- ¡La tierra Sebas!

Que los marcos de las puertas, que debajo de las mesas. Todas esas instrucciones que había recibido mil veces la abandonaron a la primera sacudida del suelo. Su instinto de supervivencia le decía que tenía que salir de la casa, al fin y al cabo, allá afuera había suficiente espacio libre de cosas que potencialmente le caerían encima.

No hubo tiempo para sentirse sola, o vulnerable, no fue posible entregarse al pánico (prioridades, prioridades). Debía conservar la calma, dar el ejemplo para que los niños estuvieran tranquilos.

Fue un instante eterno, sin embargo había pasado tan poco tiempo, que la tierra seguía temblando bruscamente, fue entonces cuando sonó el celular, era la madre de los niños preguntando si estaban todos bien.

Ese día entendió que la responsabilidad pesa más que una soledad de 5.5 grados en la escala de Ritcher, y cuando todo se calmó se sintió aun peor que un año atrás.

…a la siguiente semana recibió una responsabilidad más grande de lo que hubiera podido imaginar, y no ha terminado de asimilarlo.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 12:49 a. m. | 8 Infelices comentarios
jueves, 17 de abril de 2008
No creo en el amor
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En el amor de las amigas, ése de demostraciones empalagosas y palabras vacías. Ellas me han dicho que soy fría e inexpresiva, no es eso, lo que pasa es que yo digo “te amo” únicamente cuando lo siento, y en este amor no puedo creer.

¿Cómo hacerlo? Si un día las ves abrazándose y diciendo que son almas gemelas, y el fin de semana siguiente te están hablando mal de la otra: “es una inmadura, manipuladora y caprichosa, ya no nos soportamos”. Días después, como era de esperarse, se reconcilian y vuelven a jurarse amor eterno.

Ahh, las amiwis… Las que andan repartiendo te amos y nunca cambies por todo el facebook. Las mismas que inclinan ligeramente la cabeza, te abrazan y muestran su mejor sonrisa al grito de ¡foto! ¡foto! , para después colgarla en el facebook y comentar debajo: “niñas, las quiero mucho, nunca cambien”.

Las mismas que no desaprovechan oportunidad para criticar a la que esté ausente (o presente, disfrazando sus venenosos comentarios con chistes y risitas). Las mismas que a la primera salida a la que falto, encuentran muy entretenido ponerse a decir que soy una buscona, que estoy enamorada de mi profesor y no sé qué más estupideces sin sentido.

Y después de tantas cosas, sigo preguntándome cuándo voy a aprender a no idealizar la amistad…

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 12:30 a. m. | 29 Infelices comentarios
miércoles, 20 de febrero de 2008
Una cosa... y otra cosa
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Una cosa es que pienses que yo me volví insensible, que digas que ya no me reconoces y que te preocupa en qué me estoy convirtiendo. Ya no pretendo demostrar que estás equivocado, es más, cada vez me importa menos lo que opines de mí.

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Otra cosa es ignorar que hoy es veinte de febrero...

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Gracias por Todo, y perdón por lo demás.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 12:48 a. m. |
sábado, 24 de noviembre de 2007
Paréntesis
Se llamaba Alejandro Gómez, vivía en Ginebra pero estudiaba en Buga, con mi hermano. Yo tendría unos once años, fue por esas épocas que le perdí la repulsión a los niños y me empezaron a gustar, ¡mierda! tenía una absurda fijación por los amigos de mi hermano mayor, los veía tan grandes, tan interesantes. Pero claro, yo sólo era la hermanita menor de “Cruz”, y así me quedé por siempre, nunca llegué a tener algo con alguno de los amigos de mi hermano por los que silenciosamente babeaba.

Entre ellos Alejandro, era bien bien bajito, tenía una carita de niño bueno que mmmm, me parecía divino. Más allá de eso no es mucho lo que puedo recordar de su físico, de él recuerdo que se quedaba muy seguido en mi casa, a almorzar o a dormir, porque vivía lejos, y claro, yo encantada. Recuerdo que una vez mi hermano lo invitó a la feria de Buga y se compró un hámster, se lo entregaron en una bolsa de papel y estuvo todo el día con su bolsita en la mano, recorrieron toda la feria, se quedaron hasta muy tarde, y cuando fue a ver su nueva mascota, hacía rato había abierto un roto en la bolsa y se había escapado.

Se fue a vivir a Estados Unidos antes de terminar el colegio, y nunca más volví a saber de él, bueno, que yo recuerde, supongo que mi hermano seguía en contacto con él, en fin.

Fueron bonitos esos tiempos, yo toda boba, ingenua, tragada de unos manes que ni me volteaban a mirar. Ahora que tengo facebook, me había visto tentada a buscarlo, sólo para saber qué había sido de su vida, recordar su cara y seguramente decirme “carajo, ¿en qué estaba pensando?”

Acabo de hablar con mi mamá, me dice “¿te acordás de Alejandro Gómez?”, yo, con la indiferencia que siempre aparenté hacia él contesté algo como “ahh sí, el amigo de mi hermano” y ella comenzó con “sí, el que…, el que una vez…, el mismo de…” y yo “ajá, ajá”

“Se mató ayer en una moto, iba con la hermana, ella también se murió”

Me quedé sin palabras.

Es muy extraña esta sensación…

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 10:00 a. m. | 3 Infelices comentarios
lunes, 22 de octubre de 2007
Sin título, y sin razón
La lluvia se había convertido en una constante por esos días, y aquella noche ella caminaba por el andén como sintiéndose impermeable. Ya no quería pelear contra el clima, sencillamente no le interesaba. Los jeans prestados se le pegaban a las piernas y la chaqueta, también ajena, servía más para absorber agua que para darle calor.

El reproductor de mp3 le gritaba al oído una canción de sueños rotos, y ella se sentía cada vez peor. Caminaba despacio, preguntándose por qué la lluvia tenía ese extraño sabor salado, era que no se había dado cuenta que sus lágrimas silenciosas se habían mezclado con las gotas de agua que descendían por su rostro.

Una calle más, una canción menos, de repente un carro pasó a toda velocidad a su lado mojándola de pies a cabeza, y ella… ni se inmutó, al contrario de lo que había hecho días atrás no maldijo su suerte, no afirmó que eso sólo le pasaba a ella. Nada, la lluvia carece de importancia cuando se tienen tantas cosas revoloteando en la cabeza.

Empapada abordó un transporte público y se sentó en la primera silla que encontró, fue entonces cuando descubrió que algo estaba mal, bueno, aparte de todo lo que ya sabía que estaba pésimo. Su mp3 estaba mojado y había dejado de funcionar, eso en realidad le preocupaba, todos sabemos que la vida, al igual que los viajes en bus, es un poco más llevadera con musiquita. Desarmó el aparato, lo secó con su blusa e intentó alejarlo de la humedad, irónicamente el lugar más seco en su maleta era la bolsa con su ropa que se había mojado con el aguacero de la tarde.

Su mirada de perdía a través de la ventana empañada, mientras contemplaba esta ciudad gris que a veces amaba como suya pero que en ese momento le sabía a mierda. Sólo deseaba que el conductor siguiera hacia el sur occidente, manejara unas diez horas más y la llevara a casa, a aquel que nunca dejará de ser su hogar.

Durante el resto del camino, su conciencia se dedicó a atacarla con preguntas imposibles, de las cuales sólo fue capaz de contestar una.

- ¿Qué es lo que está pasando?
- ¿En quién te estás convirtiendo?
- ¿Cómo llegaste a este punto?
- ¿A dónde se te fueron las ganas y la pasión por tu carrera?
- ¿Cuándo vas a comprar el hijueputa paraguas?

Mañana, mañana.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 12:17 a. m. | 12 Infelices comentarios
viernes, 7 de septiembre de 2007
Charlas de papayo
Hoy hablé por el Messenger con Andrés, el man que me copió el post de Buga e inspiró esta entrada. A continuación reproduzco la charla textualmente para que vean cómo le reclamé a este sujeto por copiarme y cómo él me pidió disculpas, aquí cierro el tema.


There's something about Maria dice:

hola

Poche dice:

hola!!!!

Poche dice:

que has hecho????

*

Poche te ha enviado un zumbido.

*

There's something about Maria dice:

nadita, estudiando

Poche dice:

disculpa....hablo con maria...

Poche dice:

quien????

There's something about Maria dice:

maria, sólo maria

There's something about Maria dice:

es que te tengo una pregunta

Poche dice:

cual???

There's something about Maria dice:

hace días me llegó un correo sobre Buga

There's something about Maria dice:

una cadena, muy buena

There's something about Maria dice:

y la primera dirección de la que lo mandaron fue la tuya

There's something about Maria dice:

de ahí saqué tu msn, quería preguntarte si vos escribiste eso

Poche dice:

si señora.....

There's something about Maria dice:

ahh, es que yo soy bugueña y estoy viviendo lejos

There's something about Maria dice:

entonces no sé, me llegó... me recordó muchas cosas

Poche dice:

ya.....

Poche dice:

y donde estas???

There's something about Maria dice:

en Bogotá

Poche dice:

acaso me conoces???

There's something about Maria dice:

no creo, dónde estudiaste?

Poche dice:

o solo te agregaste a mi msn solo por lo del mail....

Poche dice:

gimnasio central del valle......

Poche dice:

promocion 2001....

There's something about Maria dice:

mmm, yo en el Liceo

There's something about Maria dice:

ahhh, lo que decís del Liceo, que nos creemos la chimba, jajaja, duele pero es cierto

Poche dice:

si.....

Poche dice:

algo.......

Poche dice:

lo que tambien es cierto es que tu colegio es la cuna de los nenes bugueños.....

Poche dice:

cosa que escasamente se veia en el gimnasio....

There's something about Maria dice:

pues sí, pero no todos

There's something about Maria dice:

me entendés, se ve de todo en todas partes

There's something about Maria dice:

ve, pero eso que escribiste se volvió famoso

There's something about Maria dice:

me ha llegado como 5 veces jaja

There's something about Maria dice:

por ahí lo vi en un grupo de facebook y todo

Poche dice:

GRACIASSSSSS.......

Poche dice:

Perdon.....

Poche dice:

Cuantos años tienes???

There's something about Maria dice:

23 y vos?

Poche dice:

23

There's something about Maria dice:

y vivís en Buga?

Poche dice:

no...en Cali, pero trato de viajar cada 8 dias a visitar a mi familia, que esta alla....

There's something about Maria dice:

ahhh, no yo voy como cada dos meses, me hace una falta horrible mi pueblito

Poche dice:

igual a mi....

There's something about Maria dice:

ve, y tenés otros escritos por ahí, es que en serio me gustó mucho lo que escribiste de Buga

Poche dice:

la verdad es que hay otras cositas pero las han escrito amiguitos mios...

Poche dice:

ve.. y tu foto???

(Nota: tenía la foto de un pato en mi display)

There's something about Maria dice:

esa soy yo, linda cierto??

jajajaja

Poche dice:

maso....

Poche dice:

olleme...

There's something about Maria dice:

decime

Poche dice:

ya me tengo que ir, pues aun estoy en la oficina y quiero descansar....

Poche dice:

un placer haberte conocido y espero que podamos hablar proximamente....

Poche dice:

me quedas debiendo la foto.....

There's something about Maria dice:

ahh, ya te iba a mostrar mi foto :(

Poche dice:

no, no, no.....

Poche dice:

DALE.......

There's something about Maria dice:

dame un segundo que no la encuentro

(Nota: cambio mi foto por una que me robé en el Facebook de una vieja muy linda)

There's something about Maria dice:

oye

There's something about Maria dice:

por casualidad has leído esto http://proximacosecha.blogspot.com/2007/07/en-buga.html ???

Poche dice:

dime......

There's something about Maria dice:

sí?

Poche dice:

pues claro...

There's something about Maria dice:

te copiaron?

Poche dice:

nenorra.....

Poche dice:

no, para serte sincero mi mejor amigo tenia el mail, le hice algunas modificaciones y lo envie a mis amiguitos.....

Poche dice:

olleme maria.....

There's something about Maria dice:

decime

Poche dice:

un placer conocerte, no vuelvas POR FAVOR, a poner ese pato, porque la verdad es que no es ni la mitad de lindo de lo que eres tu, bueno???

There's something about Maria dice:

ok

Poche dice:

te dejo......

There's something about Maria dice:

bueno

There's something about Maria dice:

una cosita

Poche dice:

mucho gusto, y que estes bien.....

There's something about Maria dice:

lo que hiciste se llama plagio, aunque esté en internet tiene dueña, la dueña soy yo

There's something about Maria dice:

me dio mucha rabia recibir mi texto cambiado

Poche dice:

verdad???.....

There's something about Maria dice:

porque yo le invertí mi tiempo y mis ideas

There's something about Maria dice:

y era una cosa muy personal, como para que lo agarres, le cambies lo femenino por masculino

There's something about Maria dice:

le quites un par de frases y lo reenvies

Poche dice:

y porque te ofendiste???

Poche dice:

la verdad es que no queria darme credito ajeno......

Poche dice:

solo me parecio divertido lo que escribiste y se lo mande a un par de amigos....

There's something about Maria dice:

cómo que porque? pues porque es MÍO

There's something about Maria dice:

bueno, pudiste haberlo mandado como estaba

There's something about Maria dice:

con el link de mi blog

Poche dice:

si te parece, yo voy escribir algo tan bueno ( si puedo ), como lo tuyo, te lo mando y tu lo firmas.....

Poche dice:

pero porfa no te enojes.......

There's something about Maria dice:

eso haces en tu trabajo?? tomas lo de otros y lo presentas como tuyo??

There's something about Maria dice:

no me interesa en lo más mínimo adjudicarme un texto tuyo

Poche dice:

que no me quiero echar una enemiga gratis......

There's something about Maria dice:

para eso yo escribo mis cosas, y muy buenas según me han dicho

Poche dice:

y menos alguien de buga.....

There's something about Maria dice:

yo tampoco, creeme

Poche dice:

olle...en serio estas tan enojada???

There's something about Maria dice:

ponete en mi lugar

There's something about Maria dice:

que harías si escribieras algo con lo que estás sintiendo o pensando

There's something about Maria dice:

y después aparece por TODAS partes con el nombre de otro

There's something about Maria dice:

te gustaría?

Poche dice:

la verdad???

Poche dice:

esa no era mi idea......

Poche dice:

y lo siento mucho si te lastime.....

Poche dice:

te pido disculpas.......

Poche dice:

y espero las puedas aceptar......

There's something about Maria dice:

mira, te regalo este escrito para que se lo mandes a tus amiguitos

There's something about Maria dice:

http://proximacosecha.blogspot.com/2007/09/y-despus-preguntan-que-por-qu-los.html

Poche dice:

olle.....porque haces eso???

There's something about Maria dice:

porque en serio da mucha rabia que te roben el trabajo sin dar ningún crédito

Poche dice:

mira, mira, mira......

There's something about Maria dice:

miro

Poche dice:

ya te lo dije y lo repito....

Poche dice:

no buscaba absolutamente nada enviando ese mail.....

Poche dice:

y siento mucho si estas ofuscada.....

There's something about Maria dice:

pues de pronto no, pero si encontraste un texto que te gustó bien pudiste darle el link a tus amigos para que lo leyeran

There's something about Maria dice:

mira, yo tampoco quiero pelear ni ganarme enemigos tan pendejamente

Poche dice:

mira maria, te voy a decir la verdad, hace poquito tiempo que empece a manejar el msn, apenas estoy recibiendola introduccion al HI5 y la semana pasado conoci el You Tube.....

Poche dice:

Asi que si me hablas de links no te entiendo.....

Poche dice:

lo unico que hice fue enviarle a 5 amigos ese mail...

Poche dice:

y no imagine que fuera a dar tantas vueltas.....

There's something about Maria dice:

pues lo hizo, hay amigos que me lo han mandado diciendo "mirá tan bacano"

There's something about Maria dice:

y me da mucha rabia cuando les digo "eso lo escribí yo"

Poche dice:

de verdad te pido mil disculpas y si te ofendi, lo siento NUEVAMENTE......

Poche dice:

Te tengo que dejar, pero no quiero que termines la conversacion tan rayada.....

Poche dice:

Como podria compensarte????

There's something about Maria dice:

no, fresco, yo ya me descargué con lo que escribí en mi blog

Poche dice:

PERFECTO......

Poche dice:

De nuevo perdoname.......

Poche dice:

y que estes bien.....

There's something about Maria dice:

ya, todo bien, que te sirva para no volverla a hacer

There's something about Maria dice:

bueno

Poche dice:

NO ME REGALLES.....

Poche dice:

CUIDATE......



Ustedes dirán qué opinan, yo por mi parte ya enterré el asunto, aunque no me podía quedar sin compartirles esta charla.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 1:00 p. m. | 11 Infelices comentarios