Soy muy afortunada, a lo largo de mi vida he ido encontrando oportunidades únicas que me han cambiado el panorama por completo más de una vez. Por eso a los 17 años me fui a vivir a una ciudad enorme, lejana y desconocida. También por eso, tres días después de graduarme de la universidad empaqué nuevamente mis cosas y me instalé en Cali. Los cambios me asustan, como a cualquier persona, pero cuando sé que estoy tomando la mejor decisión para mi futuro sólo puedo emocionarme por la oportunidad y prepararme para el nuevo comienzo.
Hoy ha llegado el momento de vivir un cambio más: volveré a Bogotá, sé que no será fácil pero estoy segura de que vienen cosas grandes para mí. Es increíble cómo se va dando todo, siempre para bien, Dios ha trazado para mí un camino maravilloso y lo mínimo que puedo hacer es seguirlo con la mejor disposición.
Así que aquí estoy, despidiéndome de una compañía que me dio una oportunidad enorme para que empezara mi vida laboral sin ninguna experiencia previa. Un lugar en el que disfruté dos años rodeada de la mejor calidad humana, aprendiendo todos los días, apasionándome cada vez más por la carrera que he escogido. Sólo tengo palabras de agradecimiento para esta empresa y todas las personas que hacen parte de ella, me llevo una experiencia invaluable, muchos recuerdos valiosos y la satisfacción de haber contribuido con mi trabajo al progreso de la planta.
A todos muchas gracias por haber hecho parte de mi historia durante estos dos años.
Con estas palabras me despedí de mi trabajo en Cali hace exactamente dos meses. Desde ese día han pasado muchísimas cosas, sigo asustada por el cambio y no he terminado de asimilar mi nueva situación, sin embargo estoy convencida de que tomé la mejor decisión. Tan convencida como ese día en octubre en el que vine a Bogotá por una emergencia familiar y regresé a Cali con buenas noticias y una oferta de trabajo.
Etiquetas: De 7 a 5, Pongámonos serios
Esta historia continuará...
Creo que eso del cambio termina volviéndose una especie de enfermedad. la ventaja es que no hay que irse a la porra para vivir nuevas experiencias. Puede ser un nuevo barrio, un posgrado, un curso de cocina
Al menos a mí el cambio lo impulsan las ganas de aprender.
Muchos éxitos y un poco de suerte, que también hace falta