sábado, 31 de mayo de 2008
De temblor y soledad II o “De temblor y prioridades”
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Yo sé, un poco tarde para escribir sobre el temblor, pero quién dijo que había plazos en esto de escribir mis cosas.
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Un año después, la tierra volvió a estremecerse bajo sus pies. Ya no había soledad, ahora había prioridades.

- Los niños, ¿dónde están los niños?

Su cerebro y su cuerpo reaccionaron de inmediato, como un resorte se levantó del sofá y corrió hacia el cuarto donde dormían la siesta.

- ¡Está temblando! – gritó mientras abría la puerta.
- ¿Qué está temblando? – preguntó el hijo de la empleada, con la inocencia propia de sus cuatro años de vida.
- ¡La tierra Sebas!

Que los marcos de las puertas, que debajo de las mesas. Todas esas instrucciones que había recibido mil veces la abandonaron a la primera sacudida del suelo. Su instinto de supervivencia le decía que tenía que salir de la casa, al fin y al cabo, allá afuera había suficiente espacio libre de cosas que potencialmente le caerían encima.

No hubo tiempo para sentirse sola, o vulnerable, no fue posible entregarse al pánico (prioridades, prioridades). Debía conservar la calma, dar el ejemplo para que los niños estuvieran tranquilos.

Fue un instante eterno, sin embargo había pasado tan poco tiempo, que la tierra seguía temblando bruscamente, fue entonces cuando sonó el celular, era la madre de los niños preguntando si estaban todos bien.

Ese día entendió que la responsabilidad pesa más que una soledad de 5.5 grados en la escala de Ritcher, y cuando todo se calmó se sintió aun peor que un año atrás.

…a la siguiente semana recibió una responsabilidad más grande de lo que hubiera podido imaginar, y no ha terminado de asimilarlo.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 12:49 a. m. |


8 Infelices comentarios:


  • At 31 de mayo de 2008, 7:53, Blogger Mafe

    Ay Maria(), yo me vine a enterar casi 10 horas despues y me vino un cargo de conciencia... de aquellos.

    Pero tumerce, que fue lo que se te vino encima????

     
  • At 31 de mayo de 2008, 14:10, Blogger Esteban Dublín

    Bonito cuento, independientemente de que sea realidad o ficción.

     
  • At 31 de mayo de 2008, 15:52, Anonymous Anónimo

    aich.. maria.. sabes? me dio nostalgia de cuando llegue a este chuzo por primera vez jejeje de cuando todo en mi vida era diferente a como es ahora y de ese temblor tan hp que senti hace un año jajaja ...

    pero no es xra sentirse mal, mira: al contrario, bien porque no paso nada grave y pa la proxima no te metas debajo de los marcos ni debajo de las mesas :P quedate acostada al lado de ellas,,, cuando se aplastan queda un espacio vacio a los lados, que te puede salvar.( ups...perdon si es muy tragico el ejemplo :S ) uff ya acabe... :D cuidate !!!

     
  • At 31 de mayo de 2008, 17:56, Blogger Vilma

    Reponerse de un temblor es algo lento y duro...

     
  • At 1 de junio de 2008, 20:10, Blogger E.M. Acosta Bolívar

    se me apachurro el alma =(

    pero aguante Maria() carajo!

    lo malo es crecer a golpes =(

    lo bueno es saber que si se puede con esas cosas... no creo necesario decirle que ud es del tamaño del compromiso ;)

    y como nota curiosa (gracias a Dios nunca he estado en un terremoto) bueno... si, pero he aqui la parte "esto solo me pasa a mi"... cuentan las lenguas, que hubo un temblor fuerte aca hace mmm mas de 10 años y todos los vecinos -incluyendo los de lso edificios- salieron a la calle, a mi tia que vivia con nosotros le avisaron para que nos despertara pero ella se volvio a dormir... total que todo el mundo estaba afuera mientras que las personas de esta casa cual bichos raros ni se dieron cuenta del asunto! =P

    Ash! como que mi incapacidad de interrelacion tiene una pequeña carga genetica jajajaja

    saludos y mucho animo!!!

     
  • At 3 de junio de 2008, 10:26, Anonymous Anónimo

    si, las actitudes cambian cuando las prioridades son otras

     
  • At 3 de junio de 2008, 12:59, Anonymous Anónimo

    Estás creciendo pequeña...

     
  • At 3 de junio de 2008, 17:42, Blogger Ekatherine Cardona Díaz

    No se si pudiera tener el coraje... yo tan sólo agradezco que nada grave haya pasado y que yo ni por enterada me dí, pero si, que cuando las cosas cambian en la vida, uno mismo se transforma