martes, 16 de febrero de 2010
¿Qué diría Pepe Grillo?

ó "Llámenme Rudolph"


Desde hace algunos días tengo un fastidioso dolorcito en la punta de la nariz que me tiene desesperada. No lo siento todo el tiempo, sólo cuando me la toco (la nariz, malpensados), duermo boca abajo o cuando le doy besitos esquimal a mi novio... sí, ya sé, qué cursi yo. Lo siento Julius, bien puedan vayan y vomiten rosadito y después terminan de leer el post, prometo no escribir más meloserías (de aquí al próximo post).

Ejem, volviendo a lo del dolor en mi nariz, hay dos posibles causantes, y no sé cuál de ellas me hacer quedar peor…

Una, es que me esté creciendo un temible cuerno justo en la mitad de mi cara. ¡Oh, adolescencia! Justo cuando creí que te había superado.

No, si el cuerno hace su aparición no habrá fotos.

La otra, es que el dolor sea producto de un golpe que me di la semana pasada cuando abría la alacena para sacar una bolsa de leche y al mismo tiempo me agachaba para coger la mentada bolsa. No pregunten cómo, porque ni yo entiendo, pero me di con la puerta en toda la punta de la nariz, vi estrellitas, es más, vi toda la vía láctea mientras intentaba poner la leche sobre el mesón. Esto sólo me pasa a mí, carajo.

Y no, tampoco hay fotos de eso, aunque un dibujo explicativo me resultaría muy útil.

Ahora, sé que ninguno de los dos títulos de este post es correcto, porque no tengo la nariz ni grande ni roja. Pero si alguien se sabe una fábula donde el protagonista sufra de un extraño dolor en la punta de la nariz, me hace el favor y mi cuenta. Gracias.

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Y esto sólo le pasó a Maria() a las 5:37 p. m. |


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