Primíparo (Ñoñus Desubicatus): Especimenes que se movilizan en manadas de medianas a grandes, se caracterizan por un completo desconocimiento y curiosidad natural por su entorno, se les puede ver en la biblioteca preparando la clase de cálculo diferencial o física 1, o en la cafetería tratando de disimular lo que son: primíparos.
Díganme si no son tiernos los estudiantes de primer semestre, pues bien, todos (los que estamos en una universidad, obviamente) hemos sido primíparos, pero en mi caso no he dejado de serlo. No sé si por desorientada, o porque siempre estoy elevada, o simplemente porque hay cosas que sólo me pasan a mí, pero a pesar de que llevo tres semestres en la universidad, todavía me siento primípara.
No mas ayer me metí al salón que no era, ya había empezado la clase, y yo abrí la puerta y entré como si nada, me senté en una de las últimas filas y al mirar a mi alrededor descubrí que no conocía a nadie, y que me estaban viendo como a un bicho raro, pero lo que me confirmó que me había equivocado de puerta fue que el profesor estaba hablando de juicios, abogados y barbaridades por el estilo, pero mi clase es de historia de Colombia, ahh y la dicta una señora, pequeño detalle. Para variar de frase, y para no gastar el título del blog: ¡Buena esa vallecaucana! Con la misma frescura que entré a la clase, recogí mis cositas y me salí del salón, mientras mi cara adquiría una hermosa tonalidad roja.
¿Más pruebas? Hoy tuve una monitoria extra (sigo siendo ñoña también) a las siete de la mañana que según el correo era en el salón Tm 202, siendo el Tm un edificio que jamás había oído nombrar. Anoche muy juiciosa busqué sin resultados dicho edificio en el mapa (identificador de primíparos) que nos dieron el día de la inducción. Entonces, previendo la larga exploración que me esperaba, llegué 15 minutos antes a buscar el dichoso Tm, abreviatura de “Tu Madre”, en honor a los primíparos que nos preguntamos su ubicación.
Finalmente me tocó consultar con uno de los porteros, y subiendo (porque en “Unigradas” sólo se puede ir hacia arriba) unas 200 escaleras, pude encontrar una construcción que no merece llamarse edificio, ya que consta de 3 infelices salones. Pero bueno, llegué justo a tiempo al 202, donde libré una batalla épica en contra de mis párpados, de la cual salí victoriosa después de una hora y media, pero eso ya es otra historia. Comentándole a una de mis amigas mi travesía en busca del Tm me dijo “Claro, yo si lo conozco, si es el que está entre el T y el Tr” (¿uh?).
Y así hay muchos ejemplos más, pero creo que ya quedó claro.
Etiquetas: ¿Ñoña quién?, Maldita sea mi suerte. Dele. Ríase de mí
Acabo de toparme con tu blog y aqui estoy todavia con dolor en la barriguita de tanto reirme! Buenisimo! Me gusta la manera como narras todas tus aventuras en la "capital" sigue asi!!
Tengo una hermana igual de despistada a ti y le voy a dar a ella tu url para que se vea aqui pintada! jaja!