Yo llegué a esta ciudad casi sin darme cuenta, fue un cambio tan repentino y tan fuerte que aun no me acostumbro completamente a vivir aquí. Las personas cercanas a mí me oyen quejarme constantemente del clima, del tráfico, de la porquería de aire que estamos respirando y de la falta que me hace mi pueblito, y la mayoría se imagina que odio Bogotá, pero eso no es cierto.
No, nada más alejado de mi realidad, en Bogotá he conocido gente, lugares y cosas con las que jamás hubiera tratado de haberme quedado en Buga; he madurado bastante aunque prácticamente a la fuerza; he aprendido que la vida lejos del hotel mama es demasiado difícil; he adquirido un compromiso enorme con mis papás y conmigo misma. Todo esto sumado a la oportunidad que se me presentó de estudiar en una de las mejores universidades del país.
Tengo que confesarlo: me encanta Bogotá, estoy feliz de vivir acá, y a pesar del amor que siento por mi ciudad natal, tengo muy claro que nunca volveré a vivir allá.
Me parece adecuado citar en este momento a Gabriel García Márquez:
“el sabio catalán remató la librería y regresó a la aldea mediterránea donde había nacido, derrotado por la nostalgia de una primavera tenaz […] En las noches de invierno, mientras hervía la sopa en la chimenea, añoraba el calor de su trastienda, el zumbido del sol en los almendros polvorientos, el pito del tren en el sopor de la siesta, lo mismo que añoraba en Macondo la sopa de invierno en la chimenea, los pregones del vendedor de café y las alondras fugaces de la primavera. Aturdido por dos nostalgias enfrentadas como dos espejos, perdió su maravilloso sentido de la irrealidad”
(Sonido de vidrio quebrándose)
Snif, bueno ya, suficiente nostalgia por hoy. Como no todo puede ser sentimental, les tengo esta perla (click pa' agrandarla porque no pude):
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*Juemadre, me dormí en los laureles y casi no consigo pasaje, esto sólo me pasa a mí.
Etiquetas: Del pueblito, Snif snif
Madre, me trae algo de su tierrita (Unas achiritas, el trago típico de la región, alguna bugueña de buen ver).
Creo que tu maestro sufrió un grave caso de ortografitis, porque se la extirparon duramente.
Un abrazo.