No vuelvo a viajar Buga-Manizales Manizales-Buga en un convertible, por más modelo 49 que sea.
Esto sólo me pasa a mí, ahora tengo un sexy bibronceado de camionero que me va a quedar divino con el vestido azul que me mandé a hacer para el matrimonio de mi hermanito.
¿Manizales? Ah sí, muy bonito, pero al único manizalita que quería encontrarme sólo lo pude ver en un aviso de aguardiente Cristal jeje.
En fin, siempre es bueno empezar el año saliendo de paseo, y si te van a pagar hospedaje y gasolina sólo por hacer un desfile de dos horas, pues mejor. Lo malo fue que no nos quedamos en Manizales sino en un pueblo a “treinta minutos” de cuyo nombre no quiero acordarme, en unas cabañas en las que si abrías la ducha se apagaban las luces y el ventilador, lo juro. Y el calor de ese pueblo no tenía perdón de Dios…
Por lo demás todo muy bien, el próximo año pueden contar conmigo, ¡pero pido viajar en la camioneta!
Etiquetas: Detalles absolutamente irrelevantes, Me llené de mocos
Decía este humorista de apellido Sanín que había dos días maravillosos para los dueños de convertibles. El día en que lo compran y el día en que lo venden... los demás son un desastre...