En fin, a lo que vinimos. La participante más puntual de esta temporada me envió su historia hace más de una semana. Con ustedes, desde Hungría... no, esperen, desde Costa Rica... perdón, desde Medellín. O bueno, desde algún lugar de este mundo, la señorita Medea.
ESTO SÓLO LE PASA A MEDEA
Pues esta historia no es sólo mía, también tiene que ver con alguien a quien le fue aún peor que a mi... a Catirestrepo de "cosas del alma".
Todo comenzó regresando de Hungría, cuando en la escala de Frankfurt vimos que el vuelo estaba atrasado una hora. Una hora y media después, el vuelo ya estaba atrasado 4 horas. Los que veníamos para Colombia y los que iban para Quito, Ecuador estuvimos haciendo fila en el aeropuerto de Caracas para ver qué iban a hacer con nosotros. Nadie sabía nada, como que la ineptitud se repartía, la chica del counter nos quitó nuestros tiquetes y nos entregó un recibo, para agarrar el vuelo al día siguiente. Nos pusieron en una lista y Catalina faltaba. Avisamos y nos dijeron: "eso no importa, arréglenlo después". Después fue que nos fuimos al hotel para dormir 2 horas antes que nos despertaran a las 3am para el vuelo de las 6.
Al llegar al aeropuerto en Caracas, destino que NADIE escogió por voluntad propia, nos han cobrado impuesto de salida, no había nadie de Lufthansa para hacernos pasar "por un ladito" como estábamos sugiriendo. Nada, paguen 80 USD por no tener una opción de quedarnos a pasar la noche en el aeropuerto: esta opción no se nos mencionó. Al final resulta que el recibo que nos dieron a cambio del tiquete no servía de nada, y sin tiquete no podíamos entrar. Catalina, por no estar en la lista, tenía que esperar para contactar a alguien de Lufthansa, pero ellos llegaban sólo a las 12 mediodía, así que perdió el vuelo. Y la bruta del counter preguntó que si se lo pasaba a las 10 el vuelo, como si las 10 fueran después de las 12. Ahora queda esperar...
Esperemos que todo resulte bien.
Maria() opina: un poco enredada la historia, tuve que leerla un par de veces para entender.
Matilda califica: tres filetes y medio.
La segunda historia de hoy pertenece a la Angelita más Perversita de la blogocosa. Esta mujer es un hit, escribe del carajo y no tiene pelos en la lengua (los dedos, si vamos a ser precisos).
ESTO SÓLO LE PASA A ANGELITA PERVERSITA
Hace más o menos tres años, cuando ya me había graduado de la U y estaba "lejos" de las locuras juveniles, salí a departir alegremente con mi amiga "X" al calor de unas politas. Una pola llevo a la otra y a eso de las 2 de la mañana ya estaba yo más ebria que Sir Winston Churchill. Los gritos de "hijueputa, china, yo a usted la quieggggrrrrroooo, mmmjueputa" iban y venían de un lado al otro de la mesa y mi sexy andar se había convertido ya en un tambaleo más parecido a la cojera de Alerta que a la pasarela de Tyra Banks. A las tres de la mañana tuve a bien recordar que a las siete de la mañana debía yo estar dictando clase. Dada la angustia y el ataque de responsabilidad que me invadía decidimos tomar un taxi hacia mi casa, lugar que no es conocido por su hospitalidad dado que mi padrastro (a.k.a. Gargamel) se caracteriza por hacer cara de culo a cualquier persona relacionada conmigo, e incluso a "migo" misma en horario 24/7; sin embargo, a pesar del aciago destino que parecía esperarnos en mi morada, era menester que yo llegara a dormir por lo menos dos horas y me lavara la boca con AJAX para poder combatir el tufo tan g**o**ea que se había apoderado de mi delicado aliento. Al estar viviendo en casa de mi madre, las condiciones de supervivencia del rumbero se reducen al mínimo: Doña Liz es una mujer que cerraba la puerta a las 10 de la noche y de esas a las que puede irles a golpear hasta el Papa pero no abren; por otro lado, en aquel momento, no había empleada de servicio en mi casa por lo que en caso de llegar tarde debía uno resignarse a dormir en la caseta de Danilo (el cela).
Cuál no sería mi ira e intenso dolor al pagar el taxi y darme cuenta de que: 1) junte mis últimas monedas y por consiguiente no tenía plata para el bus del día siguiente (de las tres horas siguientes) y 2) (...suena fanfarria)...¡Había botado las "gonomamacarboescrotofias" llaves de la casa!... Calma, calma que no panda el cúnico... decía entre recurrentes llamado a Hugo mi compañera de desdicha...(le entrada de mi casa quedó linda)...
Al conocer la furia de mi madre (a.k.a Medea) decidí arriesgarme a timbrar, lanzar piedras a la ventana de mi hermano, gritar, cojer a pata la puerta... todos mis llamados se perdieron en el silencio de la madrugada. Creo que alcanzamos a echar un motoso de 20 mins sentadas en la entrada...Hasta que a las 4:30 a.m. a "X" y a mí se nos ocurrió la mejor de las ideas... "¡Uy! y si escalamos la fachada de la casa hasta el alero del segundo piso y nos metemos por la ventana del cuarto de mi hermano y le golpeamos hasta que nos deje entrar... ¡esssssssselente!"... Decididas, nos aproximamos a la ventana de la casa: Primero había que lograr encaramarse en el alero y para eso hay que trepar por el ventanal externo de la cocina, por el jardín. Pues he alzado yo a mi amiga y se ha montado ella en la ventana... escuchamos un ruido y mi reacción natural fue, claro, salir corriendo y dejarla trepada, colgando del marco de la ventana. Lo que ella vió fue una sombra enorme que pegó un grito de horror y con una escoba le pegó a la ventana; yo, al haber corrido hasta el otro extremo del andén, tuve la oportunidad de ver la espectacular caída desde ese alero de mi amiga que rompió con el coxis una matera enorme del jardín, magulló un ladrillo con la cabeza, rompió la ventana con el pie, y se tiró una enredadera con el tobillo... el monstruo de la escoba era mi madre, por supuesto. Mi señora madre abrió la puerta con la exclamación "éntrese ya" y cerró la puerta sin percatarse de que amiga estaba afuera... luego de a respectiva cachetada, salí a entrarla. Finalmente, cuando mi madre nos empezó a hablar, un llamado a Hugo por parte de mi amiga se hizo sentir en el medio de la conversación. La cosa no pasó a mayores para mi amiga "X" quien solamente se esguinzó el tobillo: a mí me tocó bañarme de inmediato, y así ebria como estaba, recoger la matera, limpiar la entrada de la casa y pensar en dónde putas iba yo a conseguir un vidiriero que arreglara la ventana de la cocina a esa hora...
No está demás decir que al llegar a trabajar, no hubo clase, sino una reunión de profesores "sorpresa" a la que llegué bañada en perfume, con gafas oscuras (a las 7 de la mañana y en medio de un aguacero impresionante) y luego de haberme tomado un litro de Listerine (que por supuesto, no funciono)... (¡Ah! y claro, Danilo -el cela- me prestó para coger un taxi porque en mi estado no sabía ni donde tenía que coger el bus)
Ahora sí... "Esto sólo me pasa a mí"... Por eso cuando voy a tomar ¡no entrego las llaves! (de mi casa)...
Si no me gano el GoldenChocoPola, mi rehabilitación no habrá tenido sentido...
Maria() opina: excelente historia, muy bien contada. Lo único que tengo para criticar es el exceso de puntos suspensivos.
Matilda califica: Cuatro filetes y medio.
Si quieren participar, deben enviarme sus historias al correo proximacosecha@gmail.com En este momento tengo tres participaciones en espera, a ver si las publico esta semana.
Etiquetas: Esto sólo le pasa a Julius
La historia de Angelita Perversita esta excelente, muy bien contada y muchas embarradas juntas!, ganadora anticipada y mejor declaremosla fuera de concurso pa no perjudicar a los otros julius!.