También porque durante varios días no fui capaz de entrar a mi blog sabiendo que me iba a encontrar con el post anterior, tan emotivo, tan espontáneo, tan lleno de expectativas… y cómo contrasta con lo que sentimos días después.
No, ya no voy a ser tía, al menos no por ahora. Sin haberse completado una semana de la gran noticia, mi cuñada lamentablemente tuvo algunas complicaciones, y después le dijeron que es posible que nunca hubiera estado embarazada. La verdad nunca entendí bien lo que pasó y tampoco quise indagar más sobre el tema.
Duele mucho este vacío, y es extraño sentirse así por una personita que ni siquiera llegamos a conocer.
Pero bueno, ya lo dijo mi cuñada: la naturaleza es sabia. A lo mejor los recién casados todavía no estaban listos para ser padres. Por lo menos ya sabemos la emoción con la que esta familia recibirá a un nuevo integrante. Y estoy segura que ese momento llegará más temprano que tarde.
Hermanito: te quiero y te extraño mucho. ¡Y ponete a trabajar en mi primer sobrino pues!
Etiquetas: Mi hermosa familia, Pongámonos serios, Snif snif
ouch! y a mi me duele un poco tener que ser el primero en comentar por aca, la verdad. No sabes como lo siento... estoy sin palabras, ya te imaginaba chocholeando a ese sobrino como la tia() mas alcahueta del universo. Y a tu hermano pues... que se ponga pilas a "trabajar" para que esto de ser tia no se te quede en veremos.