Bueno, en realidad el dicho anterior se refiere a otro tipo de “incidentes”. Pero es que no se me ocurría ningún título para el post. Aunque viéndolo bien, se puede decir que después del incidente de hoy “va a volar mierda al zarzo” en los departamentos de arquitectura e ingeniería civil de los Andes, o quien quiera que haya construido ese edificio pegado con mocos. Pero me estoy adelantando, vamos desde el principio.
Resulta que luego de tres días de lluvia constante y un frío que hizo casi imposible desenroscarse de las cobijas a las 6 am, hoy Bogotá nos regaló 5 pesitos de sol… eso sí, acompañados por un huracán bebé.
No le había prestado mayor atención al hijuemadre vendaval que estaba azotando a la universidad, a pesar de que después de la segunda clase del día ya me había dejado un peinado digno de la Trevi en sus mejores (¿?) años. Fue a mediodía, cuando el viento se me llevó las papitas del almuerzo con bandeja y todo (papitas de la Carreta, snif), que me di cuenta que la situación ya se estaba saliendo de lo normal.
A eso de la 1:40 salí de una clase en el edificio de ingeniería y, aprovechando el hueco de 20 minutos antes de la siguiente clase, me fui para la sala de computadores del quinto piso. Al entrar vi mucha gente amontonada en las ventanas, otros cuantos en una especie de balconcito que tiene la sala, y muchísimos más en las terrazas del edificio. Yo como no me pierdo ni la corrida de un catre, me acerqué a una de las ventanas buscando qué era lo que tenía tan entretenidos a los uniandinos.
Pues era nada más y nada menos que el edificio de al frente estaba sufriendo una remodelación no planeada.
El Santodomingo antes. Tan bonito él… NOT. *
Un poquito exagerada la niña.
Me quedé un buen rato viendo cómo caían los últimos paneles de la fachada, y averiguando el chisme con el respetable público con el que compartía balcón. Después salí corriendo porque recordé que tenía clase, y claro, llegué tardísimo.
A las 3:30 la universidad nos envió un correo diciendo que la emergencia en el SD ya había sido controlada. Pues claro, si ya no quedan más paneles por caer… ¡todo está bajo control!
Les dejo otro par de fotos (las tomé después de salir de clases, cuando ya había pasado el bonche)
A papito Julio Mario no le va a gustar lo que hicieron con sus 10 millones de dólares.
A lo Chicken Little: ¡el cielo se está cayendo!
¡Échele zoom! En esas ventanas redondas me sentaba yo a leer :S
* Foto fusilada de... de... hijuemadre, ya no encuentro el sitio de dónde saqué la foto esta tarde
** Ahí disculparán la calidá de las foticos. Mi nuevo celular es muy bonito y muy de todo, pero la resolución de la cámara sí se la quedaron debiendo.
Etiquetas: Detalles absolutamente irrelevantes
Creo que todos, incluso Víctor Solano y Alvaro de Ojo al Texto, debemos sentirnos orgullosos de este ejemplo de periodismo ciudadano.
Felicitaciones!