El comentario de Aleja en el post anterior me dejó pensando… nunca será favorable para la reputación de mi finca decir que está ubicada al lado de un motel, pero lastimosamente así es. Momento Julius, sé que se están imaginando la puerta de mi casa y justo al lado la puerta de “residencias Travesuras” o “amoblados El Escondite”, con su doble entrada, matica al centro, luces de neón rosadas y demás.
Pues NO, primero que todo el chuzo es hasta discreto (aunque no deja de ser motel), y además queda alejadito de mi hogar. A ver ¿cómo les explico? A mi finca se puede entrar por dos callejones, digamos “entrada norte” y “entrada sur”… no, esperen, estoy güevoniando, los puntos cardinales definitivamente no son mi fuerte. Entonces hablemos de entrada “hacia Cali” y entrada “hacia Buga”. Que a partir de ahora y para efectos prácticos serán HC y HB.
Les decía que el mentado motel queda al lado de la entrada HC, a unos 100 metros de mi casa. Con semejante referencia es mucho más fácil dar las instrucciones para llegar a mi finca por la entrada HC que por la HB. Pero yo prefiero, por obvias razones, echar toda la carreta de “doble a la izquierda en el kilómetro 1.5 delante de talsitio” a decir “vea, entre por el callejón que queda al lado del motel tal”.
Se me vienen a la cabeza un par de historias con respecto a mi singular vecino.
La primera:
Mi hermano que estudia en Cali viaja en bus a Buga casi todos los fines de semana. Para evitarse una entrada innecesaria hasta el terminal de transportes, siempre le pide al conductor que lo deje en el motel y camina hasta la casa. Hace años, me fui a Cali con mi hermano a hacer no me acuerdo qué vuelta. Ya de regreso, cuando nos estábamos acercando a mi casa, mi hermano ha sabido interrumpir el silencio de la buseta con un “señor, nos deja por favor en el motel, gracias”.
Yo no entendí porqué todos los pasajeros se habían quedado mirándonos mientras descendíamos del vehículo, hasta que mi hermano me dijo:
- ¿Te das cuenta que esta gente está pensando que nosotros vamos a moteliar?
- Ahhh, ¡incestuocirijillo!
Nah, ¿a quién engaño?, no recuerdo lo que le contesté en ese momento pero con toda seguridad no fue nada inteligente.
La segunda:
Otro día íbamos a salir con mis hermanos y sus amigos. Cuando llegaron a mi casa a recogernos mi hermano preguntó que al fin cuál era el plan. A lo que uno de ellos contestó “no, vamos para aquí al ladito”, apuntando con su dedo hacia aquenoadivinandónde. El problema es que las únicas mujeres presentes éramos la hermana del autor de tan brillante propuesta, y yo… nonono.
La ñapa, (continuando con la línea inocente-ingenua del post del sancochazo):
Habiendo crecido como vecina de un motel, la palabra me resultaba familiar desde la infancia. Pero llegó el momento, a los tiernos 5 años de edad, en que mi curiosidad me llevó a buscar una definición. Así que fui y le pregunté a doña Patricia: “Mamá, ¿qué es un motel?”.
Ella supongo que se espantó con la pregunta y no supo qué contestarme, así que me dijo la mentira más chimba que me hayan echado en toda mi existencia:
“Es lo mismo que un hotel, pero de madera”. Y lo peor es que, durante un tiempo, me la creí…
Sobra decirlo: dele, ríase de mí.
Nota al pie: mi amiga la Wikipedia dice que un motel “es un alojamiento característico de carretera, originariamente estadounidense”. ¿Ven? todavía se puede ser inocente.
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jijijiji
hotel pero de madera?
jajajajajajajajaja