Aclaración importante previa a la lectura del post: me encanta Manuel José Chávez. Fueron muchas las horas de mi pre adolescencia las que pasé frente al televisor viendo “De Pies a Cabeza” y suspirando por Pablito. Se puede decir que lo vi crecer en la pantalla, entre De Pies a Cabeza, Francisco el Matemático y Soñar no Cuesta Nada, Pablito se convirtió en un soldado barbado y seriesote (rafff). Y aunque estoy consciente de que el niño que jugaba fútbol hace más de 15 años era mucho más lindo que el adulto que besa hombres (¿?) hoy en día, Manuel José Chávez siempre estará en mi
Cuando era novia de Juan él viajaba a Bogotá por lo menos una vez al semestre para visitarme. En una de esas visitas, hace 2 o 3 años, fuimos a tomarnos un café en el Juan Valdez de la T, estando en la fila Juan me preguntó qué iba a pedir, a lo que yo respondí: “un Manuel José Chávez para llevar, por favor”… acababa de ver a Pablito pagando en la caja, a pocos metros de nosotros.
Obviamente me pasé todo el tiempo mirando hacia su mesa, y bueno, ustedes deben saber que mi capacidad de disimulo en estos casos es prácticamente nula. Mi entonces novio, después de llamarme la atención varias veces y pedirme que por favor lo superara, se puso furioso conmigo, víctima de los más primitivos celos. No, mentiras, estoy exagerando, el man no estaba histérico pero pues era evidente que la situación no le agradaba mucho que digamos.
Hace dos meses, a mi novio actual lo invitaron a un evento de Chevrolet: el lanzamiento del Aveo Family. Y allá fui a parar yo de pura colada. Durante el evento vi una foto de Manuel José (quien era la imagen de la campaña Fan #1 de Chevrolet) y le conté a mi novio algo de la historia de mi traga por ese niño. Cuál no sería mi sorpresa cuando, un par de horas más tarde, apareció él en persona para promocionar la campaña.
Teniendo en cuenta mis experiencias del pasado, me sorprendió la reacción de mi novio. Se dedicó a tomarle fotos, a reírse de mí (porque aceptémoslo: soy una boleta), y se notaba que de verdad se alegraba al verme toda emocionada por estar cerca de Pablito. Quería tomarme una foto con él,
Una foto de ese memorable día. Rafff.
El jueves de la semana pasada mi novio estaba en Medellín en otro evento de Chevrolet*(lanzamiento del Aveo Emo-tion [el único carro que se corta las mangueras cuando está deprimido, jijiji]). A eso de las 11 pm lo llamé para saludarlo y preguntarle cómo le había ido. La conversación empezó más o menos así:
(Timbra una vez)
(Timbra otra vez)
Este man no me va a contestar.
(Timbra una tercera vez)
Debe estar ocupado.
- Aló.
¿Quién es ese? Aghh, odio que otra persona conteste el celular de mi novio.
- ¿Aló?
- ¿Maria_____?
Ah carajo, y se sabe mi nombre.
- ¿Con quién hablo?
- Maria_____, ¿cómo estás?.- ¿Con quién hablo?
Maria_____, eres una maldita grosera.
- Con Manuel José Chávez.
¡Ohpordios!
- ¡Ohpordios!
[El cerebro que usted está buscando se encuentra temporalmente fuera de servicio]…
- Mira, es que estaba acá hablando con tu novio y cuando lo llamaste me pidió que te contestara.
A partir de ese momento los recuerdos de la conversación son un tanto difusos para mí. Creo que repetí varias veces las frases “ohpordios”, “me morí”, “no lo puedo creer” y “¿por qué me hacen esto?”. Mientras de su parte abundaban adjetivos como “linda”, “belleza”, “hermosa”, que viniendo de cualquier otro hombre me parecerían demasiado, pero depordios, ¡era Pablito!. Yo para mis adentros sólo agradecía que no fuera una videollamada. Manuel José, aparte de ser un churro, resultó ser todo un bacán. Me mandó besos, abrazos** y se portó súper bien con mi novio.
Le conté que no había podido conocerlo en el lanzamiento del Aveo Family y me respondió algo como:
- Qué lástima, ojalá nos veamos en algún evento de Chevrolet en Bogotá.
¡Tan divino!
(Pausa para que la autora lance el profundo suspiro que se apodera de ella cada vez que recuerda la historia)
Después de dos gloriosos minutos, cuando ya empezaba a asombrarme la capacidad de mi celular para recibir semejante descarga de babas sin cortocircuitarse, Pablito me dijo:
- Bueno supongo que quieres hablar con tu novio.
Nooo, yo con ese hablo otro día, vení, sigamos hablando.
- Bueno, que estés bien.
- Chao linda, un beso.
Me-de-rri-to.
- Chao.
:)
La moraleja es clara: el hombre que yo me merezco, el novio ideal que quiero tener a mi lado por el resto de mi vida… es Manuel José Chávez. No hay duda.
...
O Tatán Mejía, si algún día se da cuenta de mi existencia.
...
O Pedro Luis Falla (papito rico sabor a pollo), con quien ya tuve un encuentro cercano del primer tipo.
PD: ¿Pruebas? ¿escuché que dijo pruebas?
Julius de poca fé.
*Señores de Chevrolet: favor ponerse en contacto conmigo para que cuadremos el pago por la publicidad descarada en mi blog.
** ¡Ou seh! muéranse de envidia niñas.
Etiquetas: El amor..., Feliz de la papaya, Leve y farandulera
jajajaj. Ese @novio tuyo si es mucho lo afortunado vé.
(con tilde en la e para que suene más valluno)