Hoy estoy cumpliendo 21 años, y aunque lo intente no soy capaz de imaginarme en las mismas a esta edad. Para nada, mi familia me sigue tratando como a una niña y, la verdad, así me siento. Pero se me ocurre que ya tengo algo que contestarle a mi mamá cuando me niegue un permiso “vos a esta edad ya estabas casada”… vamos a ver si resulta, jajaja.
Veintiún años, wooow, suena como imponente ¿cierto? Aunque lejos estoy de tener mi vida resuelta por lo menos puedo decir que el próximo año sí lo está. Acabo de entregar mi propuesta de proyecto de grado, la práctica académica que quería hacer el próximo semestre lastimosamente no salió, así que he decidido terminar las materias que me faltan en dos semestres con media matrícula. Así podré dedicarle el tiempo necesario a la tesis y dictar un par de monitorías para recibir unos pesitos. Si todo sale bien me estaré graduando en septiembre del próximo año (y no los invitoooo :P)… endeudada hasta las chancletas con el Icetex y Fiducolombia.
Sinceramente, no me di cuenta en qué momento llegué a este punto, la carrera se me ha pasado rapidísimo y ahora que ya la veo del otro lado me asusta un poco. En este momento puedo decir que estoy feliz con mi vida, con las decisiones que he tomado hasta ahora (la Ingeniería Química, vivir en Bogotá, etc) y con las personas que me rodean: una familia hermosa, unos amigos que me alegran la vida, unos amigos dospuntocero tan cercanos que eso de la “virtualidad” quedó atrás hace mucho rato, y un novio al que amo con toda y que me hace completamente feliz.
Mi madre a estas alturas andaba planeando su matrimonio, yo siento que apenas estoy comenzando la adultez.
Sé que vienen grandes cosas para mí, por ahora me voy a seguir celebrando mi cumpleaños, que apenas comienza pero ha sido uno de los mejores que he vivido. Y bueno, para continuar con la tradición de años pasados, yo sigo esperando que me regalen uno de estos:
Etiquetas: Feliz de la papaya, Pongámonos serios
Mi mamá me tuvo de 23 años, mi suegra aparece embarazada soplando las velitas del pastel número 20... y francamente estamos de acuerdo, me parece inconcebible.
Sin el ánimo de sonar viejo o pedante (sospecho que tengo una edad muy parecida a la de tu mamá...) te felicito por los 21 años. Y sí, puedes responderle a tu mamá que a esa edad ya estaba casada y tal vez resulte, pero mi consejo es que otras réplicas igualmente inteligentes y mordaces las reserves porque te van a hacer falta a medida que crezcas. Si crees que alguna vez te vas a independeizar plenamente y dejar de ser la niña de la casa, bájate de la nube, así que por eso te aconsejo reservar algunas de esas frases demoledoras para cuando te vayas a casar (peor, a vivir... ¡peor! de vacaciones con él), a divorciar o cuando estés educando a tu primer hijo.
Pero lo cierto es que has llegado a uno de esos puntos donde uno revisa lo que ha hecho, no los 21 (aunque un poco también, eso del 3 veces siete sigue teniedo algo de magia) sino el grado de la universidad. Lo creas o no, la próxima posta está lejos: es tu matrimonio. Y la siguiente LEJISIMOS, son los 40, así que aprovecha todo lo que puedas este momento y felicitaciones...